Nada más efectuarse el anuncio, Curtis Bender, un avispado estudiante de Yale, corrió a registrar un nuevo dominio web, el 40RTUN9.com. Al día siguiente había recibido un millón de visitas y había hecho el negocio de su vida: “Un patrocinador me propuso usar mi web para vender camisetas con la secuencia alienígena junto al rostro de Einstein o Freddy Krueger. Nos forramos en una semana”.
Así estalló la “extraterrestromanía”. La revista Elle afirmó que la señal alienígena era “la esencia de lo cool”. Por eso, las chicas se la tatuaban en el cuerpo y hasta un grupo de hip-hop se inspiró en ella para una canción: Fucking alien signal. La fiebre “herculiana” nos legó además episodios desconcertantes. Como ver a un friki ingresar en Gran Hermano cuando afirmó que la secuencia extraterrestre era un mensaje de su padre, un alienígena que fecundó a su madre.
Una invasión galáctica
Pero también hubo debates de más enjundia. Una cuestión que hizo correr ríos de tinta fue: ¿son los extraterrestres un peligro? Los halcones de la Casa Blanca querían construir una base de misiles en la Luna. Pero la propuesta fue rechazada. “Salvo que los habitantes de Hércules sepan alterar las leyes de la Física, un ataque es imposible –explicó el profesor Von Houten, del Comité Espacial Internacional–. Un ejército invasor tardaría miles de años en llegar”. Los medios de comunicación hicieron notar que el mensaje podía ser una respuesta a la misión Voyager, que despegó de la Tierra en 1974. El profesor Von Houten negó esa posibilidad. “La Voyager aún tardará miles de años en llegar a otra estrella, así que el mensaje extraterrestre se habrá cruzado con ella en el espacio”. Aquello hizo que se planteara la hipótesis de que ni siquiera estuviera dirigido a nosotros, y que realmente lo hubieramos interceptado por azar. Ahora bien, la discusión más intensa trató sobre la biología de esos seres. “La ciencia ficción imaginó que los extraterrestres se reproducen por métodos fantasiosos –declaró Joaquín Obregón, premio Nobel de Biología–. Pero yo creo que su reproducción será sexual. Porque, aunque hay opciones más prácticas, no conocemos otra que garantice mayor variedad de individuos en una especie”.

Redacción QUO