La pregunta no es nada tonta porque «depende de en qué lugar del mundo lo preguntes y qué quieras sostener», como dijo uno de los participantes a la nueva ronda de discusiones del Proyecto FutureScapes. Se trata de una iniciativa de Sony para vislumbrar cómo podemos lograr que la tecnología nos ayude a que el mundo siga siendo sostenible en 2025.

El comentario era un «asistente» vía redes sociales llamado GabWulff –las sesiones de reflexión de experto pueden seguirse online–, que añadió otra idea muy cruda: «En occidente queremos conservar nuestro nivel de vida, mientras en países en desarrollo como El Salvador, la gente quiere conservar la vida simplemente».

Fue un buen punto de partida para que los expertos convocados por Esther Maugan McLachlan, directora general de comunicación y sostenibilidad de Sony Europa, dejaran caer ideas muy innovadoras e interesantes.

Por ejemplo, la novelista Lesley Lokko apuntó que Brasil, Rusia, India y China han dicho «es nuestro turno» en el desarrollo industrial y económico; y otro participante del público virtual añadió: «Ellos no tienen por qué avanzar con los mismas herramientas y caminos que los países ya desarrollados, buscarán su propio método, pero querrán alcanzar el mismo nivel que nosotros».

Pero el especialista en estrategias de negocio Christian Sarkar no estaba de acuerdo; vino a decir que no todos están siendo tan «originales» en sus métodos: «China está estancada en las viejas tecnologías y patrones de producción y crecimiento, mientras India sí ha optado por nuevas tecnologías mucho más verdes». A lo que el director ejecutivo del proyecto FutureScapes, Peter Madden, apuntó que entonces «lo mejor es predicar con el ejemplo desde los países desarrollados», o sea, ser los primeros en adoptar mecanismos de crecimiento más sostenibles y verdes.

Lo cual condujo a otra de las grandes conclusiones de este foro innovador: que la educación y la concienciación serán fundamentales para lograr un sistema de desarrollo más sostenible antes de 2025. Ejemplos como el del ordenador Raspberry Pi, un PC barato para comenzar a programar, son ideas que los asistentes dieron como buenas para cerrar la brecha digital. Peter Madden volvió a tomar la palabra para hacer ver que «esa brecha ya no consiste en tener o no tener tecnología a mano, sino de ser un país que lidera su desarrollo o ser un país que simplemente usa la que hay». Interesante, ¿no?

Redacción QUO