El techo de cristal como metáfora que representa la desigualdad de género existe también en la vida sexual, pero su invisibilidad provoca que sea difícil de explicar. Las mujeres alcanzan el clímax durante sus encuentros sexuales con bastante menos frecuencia que los hombres. Uno femenino por cada tres masculinos. Los científicos lo llaman la brecha del orgasmo y lo están investigando a partir de los procesos fisiológicos y psicológicos que hacen posible el placer erótico femenino.

En relaciones estables, el 86% alcanzan el orgasmo en la mayoría de sus encuentros. El porcentaje baja al 39% en las relaciones casuales. Durante la masturbación, sin embargo, llegan a él con mucha mayor frecuencia, de acuerdo con varias investigaciones realizadas por la Universidad de Concordia, en Canadá. Son diferencias que podrían tener su origen en la forma de expresar el deseo sexual. Falta franqueza, confianza y comunicación, tres elementos ausentes en las relaciones casuales y también a largo plazo.

La educación sexual generalmente centrada en la biología reproductiva, embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual, ha obviado el asunto del placer, concluye un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine por el psicólogo e investigador sexual James Pfaus.

El clítoris, el gran desconocido

Una encuesta de la compañía Durex en varios países europeos concluyó que el 75% de las mujeres no tienen orgasmo durante el sexo, algo que solo ocurre al 28% de los hombres. Entre las razones que detectaron los autores, la principal es la dificultad de la mujer para encontrar la estimulación correcta que le dé placer. Tampoco el hombre demuestra ser demasiado habilidoso y uno de cada tres cree que la penetración vaginal es suficiente. Por otra parte, solamente el 25% de las encuestadas confesó que no pueden prescindir del orgasmo para disfrutar del acto, mientras que el este porcentaje se duplicó en las respuestas masculinas. Otros factores que salieron a la luz causantes de la brecha del orgasmo son la falta de relajación, la fatiga, el estrés y la distracción.

El techo de cristal quedó de nuevo patente en otro estudio, publicado esta vez en Archives of Sexual Behavior, con más de 50.000 adultos estadounidenses, cuya conclusión principal es que el hombre heterosexual es más propenso a afirmar que usualmente tiene orgasmos en sus relaciones (95%). Solo un 65% de las mujeres heterosexuales pudo decir lo mismo.

¿Es posible acortar distancias?

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La investigadora Peggy Orenstein, autora del best seller ‘Girls & Sex’, es una de las personas que más ha escrito sobre brecha orgásmica y centra sus conferencias en la educación sexual. “¿Por qué si las jóvenes participan en la actividad sexual no se sienten capaces de disfrutarla?”, se pregunta. Durante tres años, entrevistó a adolescentes de entre 15 y 20 años con el fin de indagar en sus actitudes y experiencias sexuales y en sus respuestas pudo corroborar la ausencia de placer en ellas. Su desafío ahora es cerrar esa gran brecha orgásmica y propone para ello hablar con franqueza con nuestras hijas sobre sexo, cuerpo, placer e intimidad.

El panorama sexual al que se enfrentan hoy las mujeres se complica, dice por mensajes confusos, mitos creados por la industria del porno y la limitante cultura de conexión creada por las redes sociales. “La sociedad alimenta su idea de sensualidad, pero siempre se omite su propio placer sexual. Y esta es la raíz de esa brecha orgásmica”.

Marian Benito