Investigadores de la Universidad Bar-Ilan han descubierto que las bacterias que conforman nuestro microbioma «perciben» el embarazo y «entienden» la necesidad de pasar a la siguiente generación para ayudar a los bebés a descomponer el azúcar en la leche materna.

Se sabe que la gestación va acompañada de alteraciones en el microbioma: las bacterias que viven en nuestro cuerpo y conforman casi 2 kilos de de nuestro peso corporal, son fundamentales en la salud y para nuestro sistema inmunológico. Investigaciones anteriores habían mostrado que durante el embarazo, el microbioma es parcialmente responsable del aumento de peso y de la respuesta inflamatoria esencial. Sin embargo, los mecanismos que impulsan estos cambios eran desconocidos.

Los científicos de Bar-Ilan, liderados por Omry Koren y Yoram Louzon, descubrieron que la progesterona regula la composición microbiana durante el embarazo de una manera que puede ayudar al bebé a desarrollarse. Los resultados se han publicado en Cell Reports.

El equipo de Koren y Louzon analizó los cambios en las bacterias a medida que avanzaba el embarazo y descubrieron un cambio dramático en la composición de las bacterias en la última etapa, incluido un aumento en las Bifidobacterium. Estas bacterias son cruciales para los bebés porque metabolizan los azúcares saludables en la leche materna, fundamentales para el crecimiento de los bebés. También contienen capacidades probióticas y su carencia se vincula con el parto prematuro.

Los investigadores descubrieron que las mujeres embarazadas mostraron un aumento en el nivel de progesterona acompañado de un aumento de la respuesta inflamatoria. Cuando administraron progesterona in vitro, nuevamente vieron que la cantidad de Bifidobacterium aumentaba rápidamente. Esto los llevó a concluir que Bifidobacterium detecta y responde a la progesterona.

“Nuestros resultados – concluye Koren – delinean un modelo en el que la progesterona promueve el crecimiento de Bifidobacterium durante la última etapa del embarazo. Los hallazgos brindan nuevos conocimientos para comprender la relación no solo entre las hormonas y las bacterias intestinales durante el embarazo, sino también en otras afecciones en las que participan hormonas, como la progesterona como componente de los tratamientos de fertilidad o la terapia en mujeres menopáusicas”.

Juan Scaliter