Como antidepresivos, los besos son excelentes. Elevan la autoestima y aceleran el metabolismo. Pero hay un dato más: los amantes se besan más y mejor que las parejas estables. Mañana se celebra el Día Internacional del Beso y el portal de encuentros extraconyugales Gleeden quiere celebrarlo con los datos que aporta una encuesta realizada entre más de 11.000 usuarios. El 88% asegura que los besos con sus amantes son apasionados. Solo al 65% pone entusiasmo al besar a su cónyuge.

Para los hombres, un buen beso es una muestra de pasión que ayuda a ponerles a tono. El 19% cree que es algo tan íntimo que esperan a que haya un nivel alto de confianza e intimidad. Puestos a soñar, a la gran mayoría le gustaría dar un beso de esos de película que jamás conseguirían con sus parejas oficiales por varias razones, según indicaron en la encuesta. En primer lugar, porque, simplemente, hace tiempo que dejaron de hacerlo. Segundo, porque se acabó la pasión y no lo consideran prioritario, ni siquiera necesario, para pasar a la acción. Finalmente, hay gente que asegura que no le gusta dar besos, y punto.

Humphrey Bogart And Lauren Bacall Kissing

Mondadori PortfolioGetty Images

No tenemos claro qué es un beso adúltero

Una de las informaciones más llamativas que arroja este trabajo es que un abrumador 65% admite que raramente se siente excitado por un beso de su cónyuge, mientras que el 72% sí se enciende cuando llega del amante. La falta de esfuerzo y desgaste en la pareja gana al deseo”, dice el informe. De todos modos, no estaría de más definir qué es un beso infiel. En un cuestionario de la Universidad de Sunderland, en Reino Unido, el 73% de las mujeres sí opinó que un beso en la boca fuera de la pareja es engaño, pero esta consideración bajó, en los varones, al 49%.

Lo que es evidente es que, al menos para el infiel, el sexo adúltero es mucho más apetecible. Otra encuesta, realizada esta vez entre usuarios del portal Ashley Madison, ya reveló que tanto los hombres como las mujeres se muestran más creativos con sus amantes que en la cama conyugal, lo que denota que la rutina y la insatisfacción están demasiado presentes en las relaciones largas. Cuando se les preguntó a los usuarios, el 42% dijo que en el dormitorio propio su actitud es más reservada y tradicional. Las relaciones adúlteras, sin embargo, invitan a liberarse. En ellas, el 53% se definió a sí mismo como lúdico y el 40% salvaje. El 81% manifestó sus ganas de probar cosas nuevas sexualmente más a menudo con su amante que con su cónyuge. En general, según este estudio, los infieles, hombres y mujeres, son más estrafalarios, más experimentados y más enérgicos que sus parejas. ¿Justifican así sus canitas al aire?

Marian Benito