Como muchos otros hallazgos, este también fue fortuito. Un grupo de guías de la organización Subterranea Britannica, realizaba una visita guiada a la Cueva Robin Hood, en el cañón prehistórico de Creswell Crags (a unos 80 km de Manchester, Inglaterra) cuando vieron muchas marcas con la forma distintiva de dos «V» cruzadas. Sabían que esto representaba la frase «Virgen de las vírgenes», un pedido de protección a la Virgen María contra los espíritus malignos.

Cuando llamaron a otros expertos para analizar los símbolos, estos hallaron cientos más en las paredes, techos y grietas, incluidas líneas diagonales, cajas y laberintos que se creía capaces de capturar demonios. “Era como algo salido de la película El Resplandor – explica Paul Baker, director del Creswell Crags Museum and Heritage Center, en un comunicado –. “Creo que durante un período de tiempo esta cueva fue asociada con una serie de eventos, enfermedades o fallos en los cultivos, hasta el punto en que esperaban que las marcas los protegieran. Es obvio que los autores de las mismas pensaban que lo que fuera que había dentro era tan poderoso que debían volver periódicamente para agregar más y más marcas. La gente pudo haber pensado que el gran agujero era una especie de puerta al inframundo, incluso una prisión de demonios, pero ciertamente estaban preocupados por lo que iba a salir”.

Se cree que las marcas talladas en la piedra se extienden desde el siglo XIV al XVIII. Los grabados eran un intento aparente de evitar que los demonios, brujas y otros ocupantes malvados salieran de allí.

También es cierto que los símbolos de protección ritualistas, como los hallados en estas cuevas, no son tan raros en Gran Bretaña. La mayoría se encuentran cerca de los puntos de entrada, incluyendo puertas, ventanas y chimeneas, de iglesias históricas. Pero el descubrimiento realizado en Creswell Crags lo convierte en el mayor número jamás descubierto en un solo sitio en el Reino Unido.

Juan Scaliter