Para ella que es anorgasmia, o cómo superar el “gatillazo femenino”

MIMANDO LA VAGINA
Para ella.
Si alguien no te pone, a tu vagina tampoco. Defiéndela de visitantes molestos y de manos torpes. Aprende a decir no cuando tu vagina dice no, es decir, cuando está “seca”. Si el problema es patológico, usa lubricantes. Los hay de sabores.
Para él.
No entres jamás sin permiso de la dueña ni el de la propia vagina. Por cierto, ese permiso siempre viene mojado. Y es que la vagina “habla”, y debes escucharla. Ella por sí sola es muy sensible, pero muchas veces necesita la ayuda del clítoris. No es como el “todo en uno” del pene. Ella responde más a un beso, a unas caricias, a una mirada o a unas palabras de amor que a la estimulación directa. La vagina no es un órgano aislado para introducir el pene. A su alrededor hay una mujer.

PARA LLEGAR AL CLÍMAX.
1. Olvídate de la meta y céntrate en el recorrido.
2. La respiración es relevante en la carga y descarga de la energía sexual. Aprende a respirar bien y facilitarás la llegada del orgasmo.
3. Confía en ti, en tu pareja y abandónate a las sensaciones. Deja a tu cuerpo actuar de forma espontánea.
4. Practica la autoestimulación genital; es decir, ve explorando tu vulva, clítoris y vagina, y su respuesta a la estimulación. Hazlo de forma progresiva.
5. No olvides que el orgasmo es un visitante que no suele acudir cuando se le llama insistentemente, sino cuando se siente atraído por nuestra “fiesta”.
6. Si sigues teniendo dificultades orgásmicas, acude a una clínica sexológica.

Para él que tiene que descubrir cómo llevarte bien con tu pene

MANTÉN VIVO EL DESPLIEGUE
1. Centra toda la atención
en los atractivos de la pareja y en los estímulos que ellos te producen.
2. Llena el escenario con protagonistas diferentes del siempre omnipresente falo: manos, boca, pies…
3. Abandónate a los sentimientos y sensaciones, sin querer controlarlo todo.
4. Intercambia los papeles con tu pareja, para que
la responsabilidad del
acto no recaiga siempre sobre el mismo.
5. Libérate de complejos, no te pongas metas en cuanto a la duración del coito y disfruta de la relación.
6. De vez en cuando, mantén relaciones sexuales sin penetración.
7. Si todo esto no funciona, acude al sexólogo.

¿Cómo tomar las riendas de la eyaculación?
1. Sin obsesionarte. Toma conciencia de la eyaculación tanto en los momentos previos como en el acto en sí. No intentes controlarla ni evitarla.
2. Aprende a decidir el momento de eyacular. Para ello, utiliza la técnica de parada-arranque, es decir, “frena” la eyaculación lo más cerca posible del
punto de no retorno. Hazlo relajadamente, sin contraer ningún músculo y sin esfuerzo mental. Si consigues 4 ó 5 paradas exitosas consecutivas, déjate llevar por el orgasmo. Tanto si lo consigues como si no, continúa la relación.
3. Comienza ejerciendo esta técnica en prácticas sexuales no coitales, es decir donde no haya penetración. Si no te termina funcionando, lo ideal es acudir a una consulta sexológica.

Redacción QUO