Los propietarios de una granja de Lincolnshire, en Inglaterra, realizaron un sorprendente descubrimiento, mientras llevaban a cabo obras para reconstruir su granero. Encontraron enterrada, una pequeña caja de madera que contenía dos piezas de ajedrez.

Las figuras, cuya antigüedad ha sido datada alrededor del año 1850, son la reina y un alfil que reproduce la imagen de un obispo. Los arqueólogos que han examinado el hallazgo aseguran que, quienes las enterraron, usaron esas piezas como amuletos.

Los especialistas explican que era costumbre entre los granjeros, enterrar en sus propiedades objetos (como biblias en miniatura o incluso gatos muertos) para que, según las supersticiones locales, les protegiesen del influjo del diablo o de los espíritus malignos, y contra el mal de ojo.

Pero, hasta la fecha, nunca se habían encontrado piezas de ajedrez usadas con tal propósito. Los investigadores creen que las figuras fueron cuidadosamente elegidas por su valor simbólico. El de la del obispo está bien claro, dado su significado religioso. Y dicen que la reina pudo ser escogida por su semejanza con la figura de una virgen.

Fuente: Archeology.org.

Vicente Fernández López