Por eso, no es de extrañar que en torno al gran pene existan miles de chistes, mitos y creencias erró­neas. La primera y en la que más hincapié han hecho los sexólogos es la falsa correlación entre tamaño y placer. No es la única causa-efecto que se le atribuye al miembro viril. Eso de hombre con nariz grande, pene grande es todo un clásico. También se ha llegado a creer que el número de zapato que calza tiene algo que ver con la longitud del falo. En cuanto a la forma, los penes con mayor curvatura son considerados los más prácticos, algo que es totalmente falso. Pero los grandes enemigos del superpene suelen bromear con eso de que un pene grande es menos manejable que uno pequeño y juguetón. Como si la habilidad del amante solo recayera en su órgano sexual. Pero sin duda, el mito sobre la circuncisión es el más extendido. Existe la creencia de que al extirpar el prepucio, el pene puede crecer, si bien es cierto que a costa de perder sensibilidad al estar continuamente en contacto con la ropa interior. Sin embargo, no existen estudios concluyentes que demuestren tal cosa.

Redacción QUO