El llamado Efecto Mona Lisa, se refiere a la sensación que experimentamos cuando parece que el retrato de una persona (ya sea una fotografía o un cuadro) nos está mirando. El nombre proviene del legendario y magistral cuadro de Leonardo da Vinci, del cual se dice que su mirada es casi mágica, ya que nos sigue mientras nos movemos por la estancia del Louvre en la que está expuesto.

Pero un nuevo experimento realizado por un equipo de la Universidad de Bielefeld, acaba de demostrar que esa creencia es falsa. Es decir, el Efecto Mona Lisa existe realmente pero, paradójicamente, no se cumple en la obra de Leonardo.

Tal y como explican los investigadores, es una cuestión de perspectiva y, para que se produzca dicho efecto, es necesario que la persona retratada esté mirando de frente, más allá del objetivo, en un ángulo de cero grados respecto a un espectador colocado ante el retrato. Y sigue siendo patente si el modelo mira en un ángulo de 5 grados, es decir, como si dirigiese sus ojos hacia la oreja de ese hipotético espectador colocado frente a él.

Curiosamente, si se cumple ese requisito (es decir, que la mirada de la persona retratada esté en un ángulo entre 0 y 5 grados), el efecto Mona Lisa se produzca, aunque el espectador no esté colocado necesariamente frente al retrato. Los ojos del modelo parecerán seguirle, se sitúe donde se sitúe.

Pero el experimento que han realizado los investigadores de Bielefeld, revela que la mirada de la Mona Lisa describe un ángulo de 15 grados, lo que significa que el efecto no se produce. Pese a ello, la gente dice seguir notándolo. Pero, tal y como aclaran los autores de la investigación, no es más que simple sugestión.

Fuente: ScienceDaily.

Vicente Fernández López