En el año 2009, se descubrió en el Reino Unido un conjunto de 1.500 piezas de oro y fragmentos de metal, pertenecientes a los pueblos anglosajones que dominaron aquellas tierras antes de la invasión de los normandos. Su antigüedad fue echada en torno al siglo VII y, desde entonces, se le conoce como el tesoro de Staffordshire, en honor al lugar donde fue hallado.

Y entre todas esas piezas se encontraban los fragmentos del casco de un antiguo guerrero sajón. Algunas partes del yelmo estaban completas, como el penacho, pero otras se encontraban fragmentas en pequeñísimos pedazos de unos pocos milímetros de tamaño.

Pero, ahora, un equipo de la escuela de joyería de la Birmingham City University, ha logrado reconstruir el caso. Una tarea que ha durado varios años, y que nos permite comprobar como eran los yelmos de aquellos fieros guerreros. Y el resultado recuerda muchísimo a los de los legionarios romanos.

Fuente: The Guardian.

Vicente Fernández López