Punto A. Todo un hallazgo del sexólogo Chua Chee (1996). Está localizado a unos 2 ó 3 centímetros hacia el interior, pero en la pared vaginal posterior, la más cercana al cóccix. Su estimulación facilita una rápida e intensa lubricación, mejora la excitación y los orgasmos múltiples. Estas son las posturas recomendadas.
Punto K. Fue descrito en 1998 por la americana Bárbara Keesling. Lo llamó “el pasaje misterioso”, o el pingüino del sur, por haber permanecido durante tanto tiempo desconocido. Según Keesling se halla en la zona final de la vagina, llegando al cuello del útero. Se mantiene oculto debido a la presión del útero, de forma que en la mayoría de los casos es inaccesible en las relaciones sexuales.
Punto U. Debe su inicial a que se encuentra cerca de la uretra. Fue descrito por Kevin McKenna (Nothwestern Medical School, EEUU) como una pequeña área situada por debajo del clítoris que necesita ser estimulada con una firme presión. En el caso de sexo oral, se puede activar este punto separando los labios menores y pasando suavemente la lengua, o bien frotando el área con la barbilla. Durante el coito, estas dos posturas pueden facilitar su estimulación.
Punto G. En 1950, Ernst Gräfenberg desveló el punto erógeno más popular. Se encuentra situado en los primeros cinco centímetros de la apertura vaginal, en su cara anterior y tras el hueso púbico. Para localizarlo, ella debe ponerse en cuclillas e introducir un dedo hasta palpar la parte interior del hueso púbico. Por medio de la fricción del punto G, algunas mujeres han vivido una eyaculacion parecida a la masculina.

Redacción QUO