Su origen no está claro, pero se sabe que Cleopatra ya lo practicaba en el siglo I a. C. Entonces se jugaba en el suelo, costumbre que se siguió hasta el siglo XV. La mesa de billar la ideó en 1469 el ebanista de Luis XI de Francia, Henri de Vigne, pensando en la comodidad del juego. Se hizo tan popular que María Estuardo, reina de Escocia, durante su cautiverio y antes de ser ejecutada por orden de Isabel I de Inglaterra se quejó amargamente de que su enemiga le hubiera retirado de la celda una mesa de billar, para privarla de una de sus aficiones.

Desde 1825 existió un campeonato mundial en Inglaterra. El primer campeón fue John Carr, pero el que más celebridad adquirió fue monsieur Mingaut, quien inventó el retroceso de la bola. Mingaut adquirió la habilidad en la cárcel, donde instaló una mesa de billar.

Redacción QUO