Nació en la Segunda Guerra Mundial de una petición de los soldados estadounidenses destacados en el Pacífico para que se les proporcionara algo que les protegiera del sol. La investigación descubrió que la parafina, que se obtiene del petróleo, neutralizaba los rayos, así que inmediatamente se facilitó a los pilotos.

Finalizada la contienda, un científico, Benjamin Green, vio las posibilidades del invento y comercializó la primera crema, Coppertone. Además de proteger del sol, olía a jazmín.

Redacción QUO