A la hora de hablar del pene a algunos (o a algunas) les preocupa la longitud y a otros el grosor. En cualquier caso el asunto es el tamaño. Lo último en cirugía íntima consiste en aplicar inyecciones de ácido hialurónico, el gel bioabsorbible que hasta ahora se utilizaba para corregir arrugas de la expresión o también para aumentar el tamaño del pecho. En media hora de intervención, que consiste en aplicar el gel entre la piel y los cuerpos cavernosos, se consigue aumentar la circunferencia del pene 3,5 centímetros.

Sólo hace falta anestesia local y el resultado, según los especialistas, es natural, no da la impresión ni al tacto ni a la vista de que el miembro tenga ningún componente artificial. “La ventaja de esta técnica es que el paciente decide cuánto quiere aumentar y que no hay efectos secundarios porque es un material biocompatible cien por cien”, explica Javier Cabrera, andrólogo de la Clínica Menorca de Madrid. Como alternativa al ácido hailurónico el paciente puede optar por aumentar el grosor del pene con sus propia grasa, pero requiere una liposucción previa.

De lo más natural es también el resultado de las intervenciones para alargar el tamaño. A la hora de decidirse por una de las dos que existen, la quirúrgica y la mecánica, el factor determinante es la prisa que tenga el paciente por tener un miembro más largo. Para conseguir tres céntimetros más de longitud hay que llevar el aparato de tracción mecánica que se usa de cuatro o seis meses y durante ocho horas diarias. El resultado es el mismo pasando por el quirófano, pero en un mes se puede volver a practicar sexo. Juan Carlos Ruiz, director del Instituto Urológico Madrileño, explica que “la operación es simple, consiste en seccionar el ligamento suspensorio y los ligamentos laterales o cuneiformes”.

La cirugía tiene, además, otra ventaja. A veces se puede alargar y engrosar el pene al mismo tiempo. De hecho, es la opción preferida por los hombres con micropene. El completo sale por 6.000 euros.

Redacción QUO