Fue el primer europeo en pasar del Océano Atlántico al Pacífico y también quién lograría la primera circunnavegación de la Tierra (1522) junto a Juan Sebastián Elcano. Fernando de Magallanes no fue un navegante cualquiera, nacido en el seno de una familia noble, en 1505 decidió enrolarse en la expedición de Francisco de Almeida con el objetivo de obtener tierras de la Ruta de las Indias para su país: Portugal. Parte de su prestigio se definió en esta primera aventura sobre el mar.
Durante muchos años, Fernando navega en duros mares y lucha en sangrientos combates, bien contra los piratas moriscos bajo el mando del sobrino del Rey de Portugal o bien al servicio del propio rey, quien tardó muchos años en darle su reconocimiento.

Pero como sabemos la cabra tira al monte. Los marineros de aquella época estaban realmente fascinados y obsesionados por el descubrimiento de nuevas rutas a las Indias. Es el caso de nuestro peculiar marinero, quién comienza a fomentar por el año 1519 un ambicioso proyecto de navegación. En él, Magallanes expresa su deseo de viajar hacías las tentadoras Molucas, tan nombradas por su amigo Francisco Serrano y que se preveía guardaban grandes tesoros (especias especialmente). Pero para ello antes quedaba pulir un pequeño detalle: encontrar un pasaje hacia las Indias por Occidente.

A por la travesía

El Rey, Manuel de Portugal, se niega a las ideas de Magallanes y no le ofrece apoyo, por lo que el navegante decide renunciar a su condición de ciudadano y tirar millas. Habiendo llegado a las islas Molucas, se encuentra con más problemas burocráticos: es zona española, por lo que precisaba también de autorización por parte del Rey de España. Autorización que no fue concedida hasta el año siguiente en que el joven Carlos V le concede una entrevista a Fernando. En ella, llegan a un acuerdo recogido en una Capitulación fechada el 22 de marzo de 1518. El Rey se ofrece a poner a cargo de Magallanes 5 navíos, víveres para dos años y una tripulación de 265 personas. Por supuesto, él iría al mando y posteriormente se repartirían las ganancias obtenidas.

Tras 18 meses preparando la expedición y aguantando intrigas y molestias del gobierno de Portugal, parte con una ruta establecida. Tras pasar por las Canarias, Río de Janeiro y Río de Plata, llega a Argentina en enero de 1520. Entra en contacto con los conocidos como «Patagones», apodados así por los españoles cuando vieron impresas en la arena las huellas de sus enormes pies.
Tras múltiples motines y varias historias de piratas, Magallanes descubre el pasaje el 21 de octubre. Sus barcos pasan por él el 1 de noviembre, por lo que le dan el nombre del «Estrecho de Todos los Santos». Finalmente, Magallanes descubre la ruta hacia las islas Molucas y también el extremo sur de Chile. Desde el principio supo Magallanes que este viaje no se haría en un abrir y cerrar de ojos, sino que al implicar el recorrido la mitad del globo terrestre, la expedición se llevaría en torno a los 100 días. Según describe Antonio Pigafetta, cronista del barco de Magallanes: «La galleta que comíamos ya no era más pan sino un polvo lleno de gusanos que habían devorado toda su sustancia. Además, tenía un olor fétido insoportable porque estaba impregnada de orina de ratas. El agua que bebíamos era pútrida y hedionda. Por no morir de hambre, nos hemos visto obligados a comer los trozos de piel de vaca que cubrían el mástil mayor a fin de que las cuerdas no se estropeen contra la madera… Muy a menudo, estábamos reducidos a alimentarnos de aserrín; y las ratas, tan repugnantes para el hombre, se habían vuelto un alimento tan buscado, que se pagaba hasta medio ducado por cada una de ellas… Y no era todo. Nuestra más grande desgracia llegó cuando nos vimos atacados por una especie de enfermedad que nos inflaba las mandíbulas hasta que nuestros dientes quedaban escondidos…«.

El descubrimiento de Filipinas

Por fin el 6 de marzo de 1521, llegan a las islas de «Los Ladrones», actualmente, el archipiélago de las Marianas. Allí encuentra algo de alimento para poder continuar la travesía hasta descubrir las Filipinas, archipiélago muy rico no solo en especies, sino también en oro. Viendo el botín, Magallanes decide parar en las nuevas tierras descubiertas, porque evidentemente no sabía que poner un pie en tierra le costaría la vida.
Una vez desembarcan en Mactan, son atacados por un gran número de indígenas locales. Una de las piedras lanzadas por uno de los asaltantes, hiere a Fernando, el cual es rematado en el suelo con una lanza, muriendo finalmente al mes siguiente.
La expedición, a pesar de la pérdida, contínua. Al mando: Juan Sebastián Elcano quien terminaría el trabajo empezado por Magallanes dirigiéndose a la tierra prometida. De los 5 navíos, volvió tan solo uno. De los 265 tripulantes, tan solo regresaron 17.

Gracias a Magallanes conocemos que la tierra tiene forma de esfera y que está abierta para poder ser recorrida. También le debemos el descubrimiento de Chile, pues fue el primer marinero en explorar sus costas.

Redacción QUO