Despojados de ropa, peinado y otros signos propios de género, identificar el sexo de una persona no es fácil. Y menos, si se observa desde posiciones diferentes, según un estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en Cambridge.

Arash Afraz, responsable de la investigación, sometió a un grupo de voluntarios a la proyección de diferentes rostros durante 50 milisegundos. Según se desplazaba la misma cara hacia la derecha o la izquierda, el participante le asignaba más cualidades masculinas o femeninas. El patrón de comportamiento, aclara Afraz, varía en cada participante.

Redacción QUO