Philip Astley, un suboficial de la caballería inglesa, hizo en 1768 el primer número de circo de la historia: un espectáculo de acrobacia ecuestre. Dado el éxito decidió ampliar el negocio y contrató a un payaso y a un grupo de músicos. Había nacido el mayor espectáculo del mundo, y con él la pista circular. Astley comprobó que pararse sobre el lomo de un caballo era más fácil si este trotaba sobre un círculo de 13 metros de diámetro. Desde entonces es la medida estándar de las pistas.

Redacción QUO