Humberto López Morales, secretario General de la Asociación de Academias de la Lengua Española, destaca EEUU y Brasil como principales lugares de acogida. Después de que el Gobierno de Lula aprobase la ley que declara obligatorio que se enseñe español en las escuelas, “el ministro de Cultura brasileño ha manifestado que dentro de diez años su país tendrá 30 millones de hispanohablantes como segunda o tercera lengua”, comenta Morales. Pero aún más espectacular resulta la expansión en EEUU, donde “según su propia oficina del censo, cada 2,5 minutos se incorpora una persona al caudal de hispanohablantes. Especialmente porque esos hablantes cada día estudian más y consiguen mejores puestos de trabajo”. Y explica el académico que: “La Universidad Nacional Autónoma de México acaba de abrir un campus en Los Ángeles. Primero reforzará el español de quienes lo de­seen, y después ofrecerá titulaciones universitarias”.
Como muestra del auge de nuestro idioma en ese país, el premio Pulitzer de novela 2008 ha ido a parar a Junot Díaz, un escritor de origen dominicano que intercala frases españolas en su inglés. En cuanto a la posibilidad de que esta estrecha convivencia desemboque en un triunfo del espanglish, Morales se muestra escéptico: “No tiene ningún tipo de criterios de corrección idiomática; no creo que llegue a codificarse, principalmente, porque carece de prestigio social, es rechazado en ambientes cultos”.

La buena salud
Por su parte, Juana Gil matiza el optimismo sobre el halagüeño futuro de la lengua con la advertencia de que es necesario apoyarla en su flanco más débil: el sector científico y tecnológico. “Mientras el Ministerio recomiende publicar investigaciones científicas en in­glés, en lugar de fomentar la divulgación de calidad en nuestro idioma, estaremos en desventaja. Este aspecto es clave”, declara. A pesar de ello, coincide con el resto de sus colegas consultados en que el castellano tiene unas características propias muy saludables: es la lengua materna del 80% de sus hablantes, a diferencia del 19% de nativos del inglés, y posee una ortografía extremadamente fiel a sus sonidos y una diversidad extraordinaria. Esmerémonos en que sea por muchos años.

Redacción QUO