El cardiólogo neoyorquino Albert Hyman inventó el primer marcapasos artificial el 1933. El invento fue puesto a prueba en animales, pero generó una gran controversia en la comunidad científica de la época, que acusaba a Hyman de interferir en la lógica de la naturaleza y revivir a los muertos.

En 1958, el colombiano Jorge Reynolds Pombo implantó el primer marcapasos externo, pero el mayor avance llegó ese mismo año de la mano del sueco Åke Senning, quien fue capaz de crear un marcapasos que funcionase dentro del cuerpo.

Redacción QUO