Me encantaría ser espía. ¿Alguien podría explicarme cómo lograrlo?” Esta pregunta puede leerse en un foro de internet en el que personas de diversas edades debaten sobre la materia.

Si la pregunta provoca la sonrisa por lo ingenua, mejor aún es la respuesta que le da otro usuario: “Pues no vayas pregonándolo por ahí. ¿O no sabes que la discreción es la primera norma del espía?”

Desde luego; y la agencia española de inteligencia, el CNI, lo dejó bien claro cuando en 2007 realizó una campaña pública para captar nuevos agentes con el empleo de un eslogan en el que exigía a los candidatos que fueran “leales y discretos”. Y por si no hubiera quedado claro lo de la prudencia, lo recalcaba pidiendo a los aspirantes que no le contaran a nadie que habían presentado su currículo en la agencia, “salvo al cónyuge”.

Caer en la red

Está claro que un agente secreto no debe llamar la atención. ¿Pero qué pasos y qué requisitos debe seguir alguien que aspire a dedicarse a esta profesión?

“Uno no contacta con el servicio secreto. Es el servicio secreto quien contacta contigo”, afirmaba John Le Carré, novelista que también se dedicó a esta peculiar profesión en una determinada etapa de su vida. La máxima expuesta por el escritor sigue estando en vigor, solo que si antiguamente los futuros agentes eran captados entre la cúpula militar y el mundo de la diplomacia, actualmente el abanico de ámbitos donde pescar aspirantes se ha abierto.

El MI5 y MI6, las dos agencias del Gobierno británico, han sido las primeras en sumarse al carro de los nuevos tiempos. Hasta 1993 era obligatorio poseer una licenciatura en Cambridge o en Oxford para poder ingresar en sus filas, pero desde esa fecha este requisito tan restrictivo está abolido. Lo que sigue en pie es el afán por captar a los mejores talentos en cada campo. Así, en 2004 el MI5 propuso una curiosa prueba: descifrar un criptograma. La agencia necesitaba reclutar expertos en claves, y para ello colgó un anuncio en internet en el que retaba a los posibles aspirantes a descifrar un mensaje compuesto de cinco palabras encriptadas dispersas a lo largo de veinte páginas.

[image id=»15086″ data-caption=»La espía atrapada. Clotilde Reiss fue fichada como agente por hablar el iraní, y llegó a Teherán fingiéndose estudiante. Pero fue juzgada por espionaje y deportada.» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Se suponía que era un reto considerado difícil, pero los empleados del Gobierno recibieron más de cuatrocientos mensajes con la respuesta correcta. Este suceso motivó que un diario, The Daily Telegraph, arremetiera contra la agencia gubernamental, argumentando con mordacidad: “Tiene que resultar bastante vergonzoso para nuestros mejores especialistas en encriptación que centenares de usuarios de internet sean capaces de descifrar sus códigos sin aparente dificultad”.

Pero los especialistas se defendieron alegando que el experimento había sido un auténtico éxito y que les había servido para llamar la atención de personas excepcionalmente dotadas para estas técnicas.

Tras la experiencia, el servicio secreto británico se ha lanzado a por todas: ha abierto una página en Facebook para atraer aspirantes. Por medio de ella, los interesados en ingresar en ese mundo pueden intercambiar emails con auténticos agentes (los doble cero) que les expliquen las ventajas y algunas de las características de su peculiar trabajo.

Pero el MI5 y el MI6 no son las únicas agencias secretas a las que se puede tener acceso a través de las redes sociales. El Mossad israelí también ha dado el salto a internet y ha abierto su propia página en Facebook, a imitación de los británicos. Por medio de ella, trata de reclutar nuevos agentes… y también camareros para sus instalaciones. Así, quienes no logren superar las pruebas para convertirse en el nuevo Zohan (el James Bond hebreo) pueden al menos intentar conseguir un “curro” sirviendo cafés a los auténticos espías. Quien no se consuela es porque no quiere.

Aunque no todas las agencias de inteligencia cazan a sus futuros reclutas con Facebook. La CIA prefiere usar como reclamo el glamour más típicamente americano, el de Hollywood. Por eso, ha contratado a la guapísima Jennifer Garner, protagonista de una famosa serie de televisión sobre superespías titulada Alias, para protagonizar un spot televisivo destinado a captar jóvenes interesados en formar parte de su organización. ¿Y el CNI español?

Experiencia militar

Sean Connery llevaría ya catorce años jubilado si hubiera sido un James Bond al servicio del Gobierno español en lugar del británico. Nuestro servicio secreto obliga a sus agentes a retirarse al cumplir los 65; en algunos casos pueden prolongar su período laboral hasta los 70, pero incorporándose a puestos burocráticos. Porque, que nadie se engañe, el servicio de inteligencia español oferta numerosos puestos de trabajo para los ciudadanos de a pie, pero no promete acción ni experiencias emocionantes.

Aunque el CNI presume de ser el servicio secreto mundial con mayor cantidad de personal civil entre sus filas, los puestos de agentes operativos (los que realizan las misiones que implican riesgo físico) están reservados a personal que provenga del Ejército o de la Guardia Civil. Para quien proceda de ámbitos que no tengan que ver con las Fuerzas Armadas, la agencia tiene reservadas exclusivamente tareas de analista de datos o trabajos relacionados con la informática.

Si pese a todo esto alguien aspira a ingresar en las filas de algún servicio de inteligencia, ¿qué cualidades debe reunir? ¿Cuáles son los perfiles más demandados?

La CIA, por ejemplo, a quienes está fichando actualmente es a expertos en antropología. ¿La razón? Para enviarlos a Afganistán. Su misión consistirá en estudiar las tribus locales, investigar sobre sus costumbres, sus tradiciones y su psicología, para tratar de comprender mejor cuáles son las motivaciones que guían a los insurgentes de aquel país. “No vamos a militarizar a los antropólogos”, afirma Peter Bechley, un responsable de operaciones de la agencia americana. “Lo que vamos a hacer es antropologizar a nuestras tropas”.

[image id=»15087″ data-caption=»Se buscan ‘gamers’. El MI6 quiere fichar a algunos de sus futuros agentes entre los aficionados a las consolas. Para ellos, ha insertado anuncios y ofertas de empleo en videojuegos como Splinter Cell: Double Agent (al que pertenece la imagen). El objetivo de la agencia es captar a jóvenes que posean un notable dominio de la informática.» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Los economistas también son figuras muy apetecibles. La inteligencia americana está realizando ofertas de trabajo a financieros de Wall Street que se han quedado en paro a causa de la crisis de la Bolsa. La causa responde a una nueva estrategia diseñada por Leon Panetta, el actual director de la Compañía. “Queremos conocer el impacto que está causando la crisis en países como China, Venezuela, Colombia…”, explica Panetta. “Puede ser la mejor forma de prever los futuros focos de conflicto”.

El MI5 británico, por su parte, anda involucrado en una campaña de normalización, y ha abierto sus puertas por fin a los homosexuales, quienes tenían prohibido el ingreso hasta hace dos años. La agencia británica ha puesto así en marcha una campaña, coordinada por el principal lobby gay de Gran Bretaña, para captar a miembros de este colectivo.

La invitación a incorporarse a sus filas se ha hecho extensiva a los miembros de las minorías étnicas y a los expertos en lenguas “exóticas”.

Porque ser políglota suma muchos puntos a favor de cualquier aspirante. Actualmente, lo que buscan las agencias son expertos en lenguas llamemos “extrañas”: gente que domine el mandarín, el pastún, el urtu, y aquellas lenguas dominantes en las zonas de conflicto.

La joven Clotilde Reiss, por ejemplo, logró ingresar en el servicio secreto francés gracias a sus altos conocimientos del farsi, el idioma más utilizado en Irán. Aunque eso no impidió que la chica fuera arrestada durante los recientes disturbios populares que sacudieron al país, acusada de promover la agitación a través de Twitter.

Misiles en eBay

El suceso protagonizado por la francesa ha hecho que muchos especialistas en espionaje se cuestionen las nuevas políticas de reclutamiento. Stella Rimington, la primera mujer que dirigió el MI6 británico, denunciaba que: “Están captando a los nuevos agentes por medio de anuncios en la prensa, del tipo: ‘Use su lengua árabe para hacer una contribución real al servicio secreto’… Y así les va”.

La ex jefa de los espías británicos continuaba: “Los nuevos agentes carecen de la formación necesaria, no conocen los movimientos estratégicos del mundo. Es difícil que puedan realizar análisis fiables sobre cualquier situación”.

Quizá no le falte razón, ya que recientemente la inteligencia británica se ha visto sacudida por un escándalo sin precedentes. Alguien compró por eBay una cámara digital usada al precio de diecisiete libras, y al recibirla se encontró con que contenía fotos de las instalaciones de misiles de Corea del Norte.

Pertenecía a un agente británico, aunque nadie se explicaba qué cúmulo de azares provocó que acabase en el sitio de subastas. “Nuestros espías se parecen cada vez más a Peter Sellers”, sentenciaba con crueldad Mrs. Rimington.

En una línea similar, el ex jefe de los servicios secretos de la antigua Alemania del Este, Markus Wolf, uno de los espías legendarios del siglo XX, afirmaba que: “Los servicios de inteligencia están dejando a un lado la que precisamente era su seña de identidad: la inteligencia.

No se puede contratar espías; los agentes se crean, se moldean. Se necesitan años para preparar a un buen profesional. No basta con que sepan hablar idiomas o manejar ordenadores. Les falta la capacidad para comprender las auténticas necesidades estratégicas en cada momento”.

¿La consecuencia? Según el veterano Wolf, el resultado es que: “Los americanos llegan a extremos absurdos, como gastarse miles de millones en controlar al cantante Cat Stevens después de convertirse al islam, o a quien trate de subir a un avión con pasta de dientes”.

AFICIONADOS ALGO CHAPUZAS
[image id=»15084″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»] Un ‘voyeur’ de hotel. Michael D. Barrett, empleado de un establecimiento para huéspedes de Chicago, instaló cámaras ocultas para grabar en la ducha a Erin Andrews, una sexy periodista americana. Luego, intentó vender la cinta a un sitio web sobre celebridades.
[image id=»15085″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»] La mata-hari de manhattan es el apodo de Ali Wise (en la foto, con Tim Roth), de 32 años, que trabajaba como relaciones públicas para conocidas firmas de moda. Lo que nadie imaginaba es que esta dama había creado una red de detectives que investigaba a sus rivales y sus ex amantes para extorsionarles.
CÓMO INGRESAR EN…
[image id=»15070″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]

CNI
Ser ciudadano español.
Tener menos de 35 años.
Título universitario para trabajar de analista.

Condiciones laborales:

Un mes de vacaciones.

Sueldo 30% superior al que cobraría en el sector privado.

[image id=»15071″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»] CIA
Ser ciudadano de EEUU.
Tener menos de 40 años.
Prueba del polígrafo.
Dominar dos idiomas.
Condiciones laborales:
Sueldo un 12% superior al de la empresa privada.
22 días de vacaciones.
[image id=»15073″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»] MI6
Ser ciudadano británico.
Tener menos de 40 años.
No es necesario título universitario.
Dos idiomas.
Condiciones laborales:
Sueldo base de 19.000 libras.
Instalaciones con gimnasio, sauna, etc.
[image id=»15074″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»] Mossad
Ser ciudadano israelí.
Tener menos de 32 años.
Experiencia militar.
Dominar dos idiomas.
Condiciones laborales:
Sueldo base de 12.000 euros.
Proveen a tu familia de nueva identidad en caso de riesgo.
[image id=»15072″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]

FSB

Ser ciudadano ruso.

Tener menos de 35 años.
Experiencia militar.
Dominar tres idiomas.
Condiciones laborales:
Sueldo base de 10.000 euros.
El mejor seguro médico de todo el país.

Vicente Fernández López