La capacidad de diagnóstico de la COVID-19 es uno de los factores que más condiciona la acción de los especialistas. Saber cuánta gente se ha contagiado del SARS-CoV-2, es fundamental para comprender cómo actúa el virus y qué acciones llevar a cabo, sobre todo aquellas que tengan que ver con prevención.

Por estos motivos es fundamental contar con un sistema de diagnóstico capaz de detectar pacientes asintomáticos de una forma masiva, rápida y fiable.

Ahora, el Instituto de Salud Carlos III ha financiado un proyecto de colaboración entre el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que busca desarrollar precisamente este sistema de detección.

La tecnología se basa en el uso de la ADN polimerasa del fago phi29 (phi29pol), una enzima que la reconocida Margarita Salas investigó durante 45 años. De hecho fue la propia Salas junto al investigador Luis Blanco, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa-CSIC y a Antonio Bernad, quienes crearon en 1989  la tecnología que haría posible esto.

Phi29pol es una enzima que permite multiplicar por miles o millones de veces una pequeña muestra de material genético. “Su capacidad para amplificar material genético partiendo de muy poca muestra, incluso dañada – afirma Felipe Cortés, jefe del Grupo de Topología y Roturas de ADN del CNIO en un comunicado –, nos da la pista de que puede ser un método extremadamente sensible para detectar la presencia del material genético del virus (y por ende confirmar la infección), incluso en aquellos casos con una carga viral pequeña como puedan ser los pacientes asintomáticos”.

Pero las virtudes de esta enzima van más allá. A diferencia de las técnicas de RT-PCR empleadas actualmente, el mecanismo utilizado por phi29pol funciona a temperatura constante, incluso a temperatura ambiente, y permite completar el diagnóstico de un elevado número de muestras en menos de una hora.

“Esta característica ha sido también clave para desarrollar el proyecto, ya que permite que podamos detectar el virus a temperatura ambiente sin necesidad de utilizar equipamiento especializado o personal técnico”, concluye Blanco.