¿Podemos hablar ya del futuro del coronavirus? Hablamos con Ignacio Jesús Molina Pineda, catedrático de Inmunología de la Universidad de Granada de la próxima ola de coronavirus y sobre la desescalada de las medidas de aislamiento

“Hay que estar preparado para la segunda ola del coronavirus, que vendrá. En la primera puedes perdonar los errores, en la segunda, no». Ignacio Jesús Molina Pineda responde a nuestra llamada de teléfono para darnos su mirada sobre el futuro: la desescalada que tanto esperamos, el efecto de los contagios y la importancia de apostar por un sistema sanitario independiente en España.

En España seremos unos ocho millones de infectados por coronavirus en estos momentos, esto indica que la mortalidad del virus es menor de la que barajamos

El lunes se iniciaron los test serológicos en España, ¿qué van a decirnos los resultados?

Tenemos que saber contra qué estamos lidiando, qué hay de verdad en cuanto al número de infectados por coronavirus, y esto nos lo van a decir los resultados de los test serológicos. Ahora hablamos de 200.000 personas infectadas en España, pero claramente ese número no tiene nada que ver con la realidad. Se han hecho test en algunos colectivos y nos vamos haciendo una idea del porcentaje real de infectados. El Estudio que hicieron en el Imperial College habla de un 15% como la cifra de mayor confianza. Esto significaría que en España habrá en estos momentos entre 7 y 8 millones de infectados. Pero esto es solo un modelo matemático, los test darán una cifra real. Es muy interesante que la prueba que se está haciendo en España sea dinámica y sobre los mismos individuos, eso dirá si el virus se sigue propagando o no a más largo plazo, si vamos o no conteniéndolo. La muestra de la población sobre la que se está haciendo es muy grande, y esto creo que no se está haciendo en ningún otro país.

¿Cómo vamos a manejar a ocho millones de personas infectadas?

Esto indicaría que el índice de mortalidad del coronavirus es mucho más bajo del que manejamos. No es lo mismo que tengamos 20 mil muertos sobre 200.000 infectados que sobre siete u ocho millones. Respecto a la letalidad del virus esto lo cambia todo. Otra cosa es cómo aislar a ocho millones de personas. Eso ya es otro tema.

Los casos de personas con ictus e infartos que acuden a urgencias demasiado tarde alertan a los médicos

¿Habrá que prepararse para los daños colaterales del coronavirus?

Sí, se nos está olvidando el daño colateral, o las otras muertes de gente que no muere de coronavirus, sino por culpa del coronavirus. Se produce un fenómeno curioso de pánico entre personas que tienen situaciones de salud graves y que acude a urgencias muy tarde. Me cuentan compañeros que les llegan infartos avanzadísimos y sobre todo íctus muy avanzados. Tanto en infartos como en íctus juegas con el factor tiempo para instaurar la terapia de trombolisis, y si te llegan después del periodo ventana que tienes para aplicarla no puedes hacer nada. Esto lo están viendo clarísimamente en los servicios de urgencias, la gente se está retrayendo, no quieren ir al hospital y perdemos una oportunidad para salvarles la vida.

No podemos depender de una vacuna china o norteamericana. Tenemos que tener la nuestra

¿Qué es lo peor que puede ocurrir en una segunda ola?

Lo importante ahora es estar preparado para la segunda ola, que vendrá. En la primera puedes perdonar los errores, en la segunda, no. Hemos visto cómo en una situación con todo el mundo comprando lo mismo, al mismo proveedor, la industria sanitaria colapsa. Tiene que ser de otra manera. En estos días el Ministerio de Sanidad ha validado los test rápidos de una compañía biotecnológica de Córdoba. Esto permite tener independencia de otros países. En un momento crítico como el que hemos vivido, si quieres comprar fuera del país mascarillas, o test, tendrás que esperar, porque el mercado se colapsa. Esto tenemos que haberlo aprendido y que nos sirva a la hora de la producción de la vacuna. No podemos depender de chinos o norteamericanos. Si es así, tendremos la vacuna cuando se haya vacunado a mil quinientos millones de chinos y 300 millones de norteamericanos. Tenemos que tener una vacuna en España.

¿Y habrá vacuna para todos?

La vacuna inicialmente no será universal, sino para grupos de riesgo. La gente potencialmente expuesta, sanitarios, bomberos tienen que ser los primeros, y después las personas mayores de 65 años. Ese es el primer grupo, sí o sí. Por lo cual no necesitas 47 millones de dosis para atenuar el primer impacto. Vas vacunando a los grupos de riesgo hasta que se vaya generando la inmunidad de grupo y sepamos cuántos han sido infectados en la primera ola.

¿Los test serológicos nos dirán cuántas personas hay inmunes al coronavirus?

No del todo, esto no podemos saberlo hasta que pase el tiempo. Además de los anticuerpos que se detectan en estos test, está la inmunidad celular de las células T específicas, que son casi más importantes que los anticuerpos, y esto no se ha estudiado de momento. Me refiero a la respuesta celular frente al virus que te hace inmune. Esto hay que dejar pasar el tiempo, que es lo que tenemos que hacer. Y a partir de ahí ir viendo el muestreo de la población al año, a los dos años, etc.

¿La segunda ola será más llevadera?

La segunda ola será diferente, el sistema sanitario estará protegido y preparado. En otoño tendremos test fabricados en china, o probablemente en Córdoba, y habrá tratamientos para los casos más graves más eficientes, porque cada vez se sabe más sobre ellos. Tendremos stock de mascarillas, equipos de protección etc. Y conforme va aumentando la gente infectada e inmunizada, la transmisión del virus se dificulta. Sin embargo, la segunda ola de la Gripe española fue la peor, la que dio duro fue la segunda ola no la primera, que no se nos olvide.

 La gente tiene que ser cómplice de un problema común como es el coronavirus. Si no consigues que la sociedad comparta tu preocupación, no habremos hecho nada. Seamos cómplices. Viajemos en el mismo barco para salir de esta

¿Son oportunas las medidas de desescalada, la salida de los niños, etc?

En algún momento hay que empezar a abrir las puertas. Los datos de hoy son muy buenos. Esto esta mejorando, y en algún momento hay que empezar a tomar nuevas medidas. Pero hay que hacer esto con el mayor consenso social posible. La gente tiene que ser cómplice de un problema común como es el coronavirus. Si no consigues que la sociedad comparta tu preocupación, no habremos hecho nada. Seamos cómplices. Viajemos en el mismo barco para salir de esta”.