La imagen superior muestra algo cotidiano, pero por dentro. Se trata de una sección transversal de un pene. La foto de la izquierda responde al órgano cuando está relajado, y la de la derecha, en erección. Tan sencillo como que los vasos reciben un mayor aporte de sangre en el segundo caso. Y eso es lo que hace que aumenten el grosor, el tamaño y todo lo que sabemos que sucede de forma natural cuando el hombre se excita. Pero a veces no ocurre. A veces, la erección, que no es más que la respuesta natural del macho de nuestra especie a un estímulo sexual, no se produce. Algo así como si tuviéramos hambre, pero no saliváramos si huele a sopa.

A partir de los 50 años la disfunción erectil se cuela en el repertorio de preocupaciones de casi todo hombre maduro, y asoma sobre todo asociada al tabaquismo, la mala alimentación, la falta de ejercicio y ese erre que erre de la cuenta de errores tan difíciles de enmendar.

Hoy son numerosas las maneras de abordarla desde la medicina. La última llega de un tratamiento que está en boga, pero que hay que mirar con lupa: las células madre. Puede ser el comienzo del fin para un trastorno que quebranta al hombre desde hace milenios. ¿Células madre contra la disfunción eréctil? De eso trata una investigación puntera en España que, a partir del próximo mes, llevará a cabo el Hospital 12 de Octubre de Madrid, según nos desvela Javier Romero-Otero, médico implicado en el prometedor proyecto, y también coordinador nacional del Grupo de Andrología de la Asociación Española de Urología.

“No es lo mismo el pene de un hombre de 50 años, fumador e hipertenso, que uno de un varón de 70 con diabetes”

“En el Hospital 12 de Octubre ya tenemos un laboratorio donde se desarrollan investigaciones con células madre. Ahora, de forma conjunta con el University College Hospital de Londres y el Hospital San Raffaele de Milán, hemos creado otro laboratorio para experimentar específicamente sobre disfunción eréctil con células madre en ratas”, señala. Las células se reclutarán de distintas partes del cuerpo del animal, se reprogramarán, se estudiará si producen un mayor flujo sanguíneo hacia el pene, y de qué modo lo hacen. “Tras el tratamiento veremos qué tipo de erección se produce”, explica el experto.

El laboratorio de nueva creación también estará ubicado en el Hospital 12 de Octubre. “Que nos parezca interesante la idea de trabajar con células madre, haciendo posible que solucionen el problema de la falta de erección, no significa aún que sea viable en la práctica clínica con humanos”, recalca el doctor Romero-Otero.

De momento, hay que hacer más ensayos, hay que esperar a ver qué pasa. “Además, cada paciente tiene unas circunstancias concretas. No es lo mismo regenerar el pene de un hombre de 50 años, fumador e hipertenso, que uno de un varón de 70 con problema de diabetes”, puntualiza. Desde Quo, seguiremos atentos los resultados.

Primeros resultados en humanos

“Obtener células madre de la grasa corporal es factible, y transferir dichas células de una parte a otra del cuerpo también. Ahora, que las células reprogramadas generen exactamente la actividad que queremos, todavía está por ver”, explica a Quo Josep Torremadé, experto en cirugía urológica y endourológica, microcirugía y cirugía protésica del Hospital Universitario de Bellvitge. Torremadé coincide con Romero-Otero en que las células madre podrían jugar un papel esencial en los tratamientos del futuro.

Los primeros resultados positivos se han demostrado en un estudio de Martha Kirstine Haahr y Soren Sheik, investigadores del Danish Center for Regenerative Medicine. El año pasado completaron con éxito un ensayo clínico temprano (fase 1) que demostró que las células madre restauran la capacidad de erección en hombres que sufren disfunción eréctil, permitiéndoles de nuevo la práctica del coito. Presentaron los impresionantes resultados en la conferencia de la Asociación Europea de Urología de Londres, y en Barcelona, el pasado mes de julio, en el marco del congreso anual de la European Society of Human Reproduction and Embryology (Eshre). Los investigadores daneses mostraron que 8 de los 21 varones inscritos en el ensayo recuperaron con éxito la función sexual.

8 de los 21 varones inscritos en un ensayo clínico danés recuperaron con éxito la función sexual

La primera fase de la investigación de Martha Haahr se ha centrado en la seguridad y la dosis. Las personas que participaron en la prueba perdieron la capacidad de erección después de someterse a una cirugía que les extirpó las glándulas prostáticas tras sufrir un cáncer. Todos siguieron entonces el mismo tratamiento. Mediante liposucción se les extrajo una porción de grasa abdominal, a partir de ella separaron las células madre mesenquimales, que son aquellas que conservan la capacidad de convertirse en tejido óseo y también en músculo. Esas células madre seleccionadas se inyectaron en el pene de los sujetos del estudio mediante anestesia general. A los 14 días de la intervención desaparecieron los hematomas escrotales y peneanos que se habían generado y, ¡eureka!, 8 de los pacientes confirmaron que habían recuperado la erección. Del resto todavía quedan pendientes los resultados.

Martha Kirstine Haahr, investigadora principal del proyecto, y Soren Sheik, coautor, todavía no se atreven a afirmar que su técnica sea útil para varones que no cumplan exactamente las condiciones de los que han participado en su ensayo. Es decir, no pueden asegurar que funcione con sujetos que padezcan disfunción erectil como causa de la diabetes, depresión o presión arterial alta.

Sheik estuvo en Barcelona, invitada el congreso anual de la European Society of Human Reproduction and Embryology, para explicar su estudio a otros expertos. La doctora Cristina Equizábal, investigadora de células madre y miembro de Eshre, estuvo escuchándola con enorme atención: “Sheik explicó que de los 5 mililitros que se extraen de la grasa abdominal, es necesario al menos uno para caracterizar qué tipo de células madre se van a inyectar al paciente”. ¿Y qué significa ‘caracterizar’? Quiere decir identificarlas con un nombre, señalarlas, para poder observar su comportamiento una vez inyectadas. Hay previstos futuros ensayos (fase 2) más allá de las fronteras de Dinamarca. Hay equipos trabajando en ello en países como Grecia, Bélgica, Italia, España, Alemania y China. Y no es de extrañar: el problema es global.

Otros ensayos en México y Baltimore

Según datos recopilados por Mariano Sotomayor, coordinador de la Clínica de Disfunción Eréctil del Instituto Nacional de Nutrición, en el mundo hay alrededor de 152 millones de varones con disfunción eréctil, y la cifra se presume que aumentará hasta los 322 millones en el año 2025. Hasta hace 30 años se atribuía a causas psicológicas en un 80% de los casos, mientras que el 20% restante se debían a factores orgánicos. Pues bien, hoy los porcentajes se han invertido: 80% orgánico y 20% psicológico. Los motivos más claros: estrés, problemas hormonales, mala alimentación y tabaquismo. En el Hospital General de Occidente, en México, acaban de iniciar un tratamiento basado en células madre extraídas de la placenta –también conocidas como mesenquimatosas–. Una vez inyectadas en el pene, se espera que se desplacen hacia el cuerpo cavernoso. Este tejido está lleno de espacios irregulares capaces de contener el 90% de la sangre que llega al pene cuando entra en fase de erección. Supuestamente, las células madre sacadas de la placenta e inyectadas permiten el nacimiento y desarrollo de nuevas células de vasos sanguíneos que ayudan a incrementar el flujo de la sangre en el miembro y, en consecuencia, a lograr la erección. Este método, que según el jefe de Urología del hospital, Arturo Pérez Rivera, podría llegar a funcionar en un 80% de los casos, ayudaría a pacientes operados de cáncer de próstata o bien que padecen diabetes. Y no solo de la placenta o del abdomen, también se trabaja con la idea de extraer células madre del intestino delgado. Así fue en la investigación del equipo de Wayne J. G. Hellstrom de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (EEUU). En este caso la prueba se hizo con animales, concretamente ratas a las que se les colocaron injertos de intestino de cerdo recubiertos con células madre de la grasa del propio roedor. A las ocho semanas de la operación, los investigadores observaron una mejora considerable en la respuesta eréctil de la rata.

¿Esto es la panacea?

La técnica de los investigadores daneses es prometedora, pero esto no da barra libre para la cantidad de tratamientos con células madre que muchas clínicas de cirugía estética ofrecen en todo el mundo. La Sociedad Internacional para la Investigación de Células Madre (ISSCR) dice que “el tratamiento con células madre mejor definido y más ampliamente utilizado es el trasplante de médula ósea para tratar ciertos trastornos de la sangre o del sistema inmune o para reconstruir el sistema sanguíneo después de los tratamientos de algunos tipos de cáncer”. Y prosigue: “Todas las demás aplicaciones de las células madre todavía deben ser aprobadas en ensayos clínicos y deben ser consideradas como experimentales”. Así, su uso de un modo indiscriminado y sin severos controles clínicos ocasiona tragedias como la de las tres ancianas de Florida pacientes en una terapia experimental con células madre para corregir la degeneración macular que padecían producto de la edad. Se quedaron ciegas. Y hay riesgos que van aún más allá. “Existen centros de estética que están haciendo prácticas médicas poco fiables”, sostiene Cristina Eguizábal.

La pregunta del millón: ¿crece?

Que las células madre puedan servir para el alargamiento del pene no parece opción: “El miembro del hombre tiene una morfología y un tamaño concretos y eso no va a cambiar por muchas células madre que se inyecten. Hay gente que introduce grasa para lograr un miembro de mayor dimensión. Yo creo que esa técnica tiene poco recorrido. Como mucho, solo se puede recuperar algo del tamaño original en los penes fibrosos”, señala Arturo Pérez Rivera. Así que no, no crece, a pesar de lo que prometen muchos anuncios de clínicas de estética.

El uso de células madre abre nuevas puertas para la salud del futuro, si soluciona la disfunción erectil. Habremos dado uno de esos grandes pasos…

Causas disfunción erectil

Estas son las principales causas asociadas a la disfunción eréctil. Las primeras tienen que ver con trastornos orgánicos; las otras, no tanto.

Problema vascular: todos los factores de riesgo cardiovascular lo son de disfunción eréctil. Se los considera en la mayoría de los casos la misma enfermedad del pene.

Causas morfológicas: la enfermedad de peyronie, curvatura del pene durante la erección, acaba asociando a disfunción eréctil.

Causas neurológicas: entre ellas el ictus, el párkinson, el alzhéimer, la esclerosis múltiple y la apnea del sueño.

Causas hormonales: destacan algunas enfermedades hepáticas, tumores hipofisarios y la enfermedad de Cushing.

De tipo psicológico: entre un 25 y un 30% de los casos de las disfunciones están relacionadas con la depresión, la ansiedad y la baja autoestima.

El consumo excesivo de porno: la excitación rápida provoca que las personas dependientes necesiten cada vez más estímulos para conseguir placer.

Farmacología: antidepresivos como los tricíclicos, los opiáceos, la cimetidina o los betabloqueantes, como el propranolol y el atenolol.

Uso de las células madre para la erección paso a paso

1. Con una jeringuilla se extraen 5 mililitros de grasa abdominal del paciente. Mediante un sistema cerrado, esa grasa se traslada a una máquina que la centrifuga y extrae las células madre.

2. Un mililitro va destinado a identificar y etiquetar las células madre que posteriormente se van a inyectar en el paciente. Con una jeringuilla se pinchan cuatro puntos distintos del pene y se introduce, con cada pinchazo, un mililitro de células madre.

3. El hematoma escrotal y peneano se resolvió en un plazo de 14 días.

4. 8 de los 21 pacientes tratados consiguieron recomponer los tejidos de su próstata y lograron tener erección para copular.

El hombre por dentro

Esta sección transversal muestra la posición de la próstata y las distintas partes de las que consta el órgano reproductor y sexual del hombre.

Adiós, Viagra

Si la investigación con células madre se completa con éxito, los fármacos contra la disfunción eréctil quedarán obsoletos.

Las mágicas unidades de reemplazo

© D.R.

El uso de células madre empieza a extenderse en distintas aplicaciones clínicas. Cuidado con no caer en timos y promesas sobre su eficacia en tratamientos no demostrados.