Es un esfuerzo de siglos, pero es ahora cuando comenzamos a tener datos científicos acerca de qué estrategias te ayudarán más en la tarea de hacer que tus hijos coman “verde”. Los empresarios de la alimentación y de la hostelería ya usan contigo algunas de ellas para venderte sus productos, y les funcionan. Aprende a sacar partido por un objetivo más noble.

El poder de la palabra

Un colegio consiguió un incremento del 66 por ciento en el consumo de zanahoria cambiando el nombre de la hortaliza por “zanahorias de visión de rayos X”. Otra investigación aumentó el 99 por ciento la venta de brócoli con una estrategia similar.

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Utiliza la fuerza del enemigo

Como en el judo, los padres pueden canalizar en su beneficio la fuerza de la oposición que los hijos ejercen hacia cualquier orden. Los investigadores del comportamiento han descubierto que es muy beneficioso sustituir los consejos tradicionales por una charla sobre, por ejemplo, la malignidad de las grandes corporaciones que hacen su negocio a costa de nuestra salud. Así consiguieron que los niños de un colegio bebieran más agua y que eligieran la fruta y los frutos secos en lugar de los snacks industriales.

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Hazlo atractivo

Los restaurantes saben que para vender mejor ciertos productos pueden diseñar una carta especial. Los supermercados han desarrollado admirablemente bien la técnica de colocar cerca de la caja pequeños caprichos y las pilas que siempre se te olvida comprar. Un estudio ha evaluado la manera de hacer algo parecido a lo último, pero con productos saludables. ¿Por qué no seguir el mismo camino y desarrollar tus propias estrategias de marketing doméstico?

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Anticipa, convence, refuerza

Según un estudio de la Universidad de Florida, el hecho de que no se pueda obligar a los niños a comer ciertos platos en el colegio no significa que no se les pueda manipular sutilmente. Los investigadores utilizaron un aplicación en la que tenían que pedir la comida antes de entrar al comedor. A los integrantes de un grupo les daban recomendaciones; también se los recompensaba con mensajes motivacionales cuando pedían verdura. Los estímulos hicieron que los niños de ese grupo comieran más fruta, verdura y leche baja en grasa que los que no fueron condicionados. Adaptar estas estrategias al entorno doméstico es todo un desafío.

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Cuestión de orientación

Hay veces que los propios padres no dan suficientes verduras a sus hijos ¡porque el supermercado no se las vende bien! Es lo que descubrió un grupo de la Universidad de Nuevo México, en un estudio sobre los hábitos de compra de los consumidores. Observaron que poner grandes flechas que lleven a los clientes despistados hacia los estantes de la fruta y la verdura, acompañadas de frases como sigue la flecha verde hacia la salud, es suficiente para incrementar las ventas de estos productos. Y es que, a veces, los padres también necesitan que alguien los guíe.

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