Manzana + Chocolate + vino tinto

Las manzanas, al igual que el vino, contienen flavonoides; el chocolate negro, así como las uvas, el vino tinto, el té y los arándanos, están cargados de catequinas. Aunque ambos son beneficiosos por sí solos, multiplican sus beneficios cuando trabajan en equipo. Combinados, evitan que las plaquetas de la sangre obstruyan las arterias. El resultado es una reducción del riesgo de ataques cardíacos y derrames.

Huevos revueltos con melón

Esta es una asociación muy saciante, porque los alimentos ricos en fibras, como el melón, se digieren con lentitud. A ello se añade que cuando se toman en combinación con las proteínas del huevo, la absorción de la glucosa es aún más lenta. Es decir, permanecemos llenos más tiempo.

Hamburguesa con extracto de romero

El ácido carnósico del extracto de romero reduce hasta en un 70% la formación de las cancerígenas aminas heterocíclicas que se encuentran en las carnes y pescados muy cocinados. También retarda la oxidación de la carne picada, ya que, al molerla, se rompe su estructura y los fosfolípidos quedan más expuestos a la acción del oxígeno.

Garbanzos con almendras y perejil

En equilibrio con el calcio del perejil y el magnesio de las almendras, el potasio contribuye a la regularización de todas las funciones celulares, y en especial, a la excitabilidad del corazón, del sistema nervioso y de los músculos. Es indispensable para el movimiento del miocardio y activa los sistemas enzimáticos.

Jamón de Jabugo con grosellas negras y caviar

La grasa del jamón favorece la absorción de los carotenos y la vitamina A –también conocida como retinol– del caviar. El toque dulce de las grosellas negras contribuye a que el organismo aproveche mejor el hierro del jamón, fundamental para el transporte de la energía a todas las células.

Té con limón

Las catequinas del té verde son unos flavonoides que ayudan a reducir los niveles de colesterol. Los cítricos aumentan la estabilidad de estos compuestos y su disponibilidad para ser absorbidos. 254 mg de estos flavonoides bastan para producir resultados eficaces en la corriente sanguínea. Una taza de té verde contiene de 100 a 150 mg de catequina.