Según un artículo publicado en la revista Nature las búsquedas de pornografía aumentaron en los países con confinamientos más estrictos, como España, China, Italia y Francia, y mascarillas y guantes se convirtieron en un fetiche

El consumo de pornografía en Internet ha aumentado en última década en todo el mundo gracias a la popularidad de sirios como PornHub, que según datos de 2019 recibe 115 millones de visitas al día. Se calcula que el 46-74% de los hombres y el 16-41% de las mujeres ven pornografía al menos una vez por semana.

Con la expansión de la pandemia de COVID-19, el confinamiento, las cuarentenas y la distancia social, también se ha visto como se ha incrementado el aislamiento, la soledad y el estrés. En estas circunstancias es de esperar que el consumo de pornografía aumente.

Este es el objeto del estudio publicado en la revista Nature que ha reunido a investigadores de las universidades de Padua y Udine en Italia, Konya en Turquía y Lucerna en Suiza. Los científicos analizaron las tendencias de búsqueda en Google entre enero y mayo de 2020. Los datos son muy reveladores:

Las búsquedas de porno se dispararon en los países más restrictivos

Los países con los confinamientos más estrictos, como España, China, Italia y Francia, registraron los mayores aumentos de búsquedas de pornografía. Las búsquedas de las palabras “porn” y “pornhub” aumentaron exponencialmente al principio de marzo, cuando la OMS declaró la pandemia, para luego estabilizarse.

Auge y caída del porno con mascarillas y guantes

Las búsquedas de pornografía relacionada con el coronavirus, como “coronavirus porn” o “covid sex” aumentaron a partir de principios de marzo con el confinamiento y alcanzaron un pico durante abril para luego pasar de moda. El porno pandémico incluía el uso de guantes, mascarillas y hasta trajes estancos, que fueron convertidos en fetiches sexuales.

Incremento del 25% en el tráfico de PornHub

El conocido sitio facilitó sus datos de tráfico para el estudio, mostrando cómo las visitas se dispararon en marzo de 2020 un 25% con respecto a la evolución de los últimos cuatro años, tanto para hombres como para mujeres, y en todos los segmentos de edad.

El consumo se mantuvo igual en los países menos restrictivos

Curiosamente, en las mismas fechas a partir de marzo no se produjo un aumento del consumo semanal en EE UU o Suecia, donde las regulaciones nunca fueron tan restrictivas como las adoptadas en Italia, España y Francia.

Baja el sexo, sube el porno

Se ha visto que una mayor ansiedad general durante el confinamiento tuvo un impacto negativo en la vida sexual y en la frecuencia de las relaciones sexuales, y una menor satisfacción con la vida sexual. Esto también explicaría el uso de la pornografía como una vía de escape de la realidad.

El porno gratis ayudó

El estudio no puede determinar si las ofertas de acceso gratuito al contenido premium de PornHub y otros sitios durante el confinamiento fueron la causa o la consecuencia del aumento del tráfico en estos sitios, pero el tráfico creció antes de que se hicieran estas ofertas y aumentó incluso en los sitios que no las ofrecían.

¿Por qué vemos porno?

Las razones por las que las personas consumen pornografía han sido estudiadas extensivamente con anterioridad. Entre los principales motivos se encuentra la excitación sexual y la mejora de la vida sexual pero también se relaciona el aburrimiento como un factor muy importante. Especialmente en los hombres el aburrimiento desencadena un comportamientos de búsqueda de novedad para reducir la monotonía y aumentar la excitación sexual.

Además, en las situaciones de temor e incertidumbre como por ejemplo el confinamiento debido a la pandemia de COVID-19, la pornografía es un mecanismo de supervivencia que ayuda a aliviar los sentimientos negativos como el estrés, la soledad o la ansiedad. Otros motivos menores son la curiosidad y la búsqueda de información, pero pesa menos que las relacionadas con la búsqueda del placer.

El miedo a la muerte es otra de las causas del consumo de pornografía. Cuando nos enfrentamos a la perspectiva de nuestra propia mortalidad, se estimula el deseo y el comportamiento sexual como una forma de afrontarlo, especialmente al principio de la pandemia de COVID-19 cuando la mortalidad se hizo muy presente.

REFERENCIA

The impact of COVID-19 pandemic on pornography habits: a global analysis of Google Trends