Se acumulan los estudios científicos que muestran que el tratamiento con hidroxicloroquina no mejora el pronóstico de los enfermos de COVID-19

La hidroxicloroquina es un medicamento usado originalmente para el tratamiento de la malaria. El mecanismo por el que actúa consiste en aumentar el pH en el interior de las células del sistema inmunitario y esto a su vez amortigua los procesos inflamatorios. En de la malaria el mecanismo no está claro, pero se supone que la hidroxicloroquina resulta tóxica para el parásito que la causa.

Inicialmente se observó que la hidroxicloroquina inhibía el crecimiento del coronavirus SARS-CoV-2 in vitro en un cultivo de células de riñón de mono, las llamadas células Vero. Estas células se usan en virología para cultivar muchos virus diferentes in vitro.

Sin embargo el SARS-CoV-2 infecta las células de los pulmones humanos usando una ruta diferente a la que le sirve de entrada en las células de mono, según se ha publicado en Nature. En el caso de los monos el coronavirus utiliza la llamada ruta de la catepsina. Las proteínas spike del virus se enganchan a los receptores ACE2 en la célula, que forma un endosoma, una invaginación por la que el virus penetra.

Una vez dentro la enzima L-catepsina rompe la membrana del virus, que libera su material genético para infectar a la célula. Para que la catepsina funciona es necesario un cierto pH ácido. La hidroxicloroquina aumentan el valor de pH y la enzima no funciona, por lo que el virus no puede inyectar su material genético.

Sin embargo, en las células humanas el virus sigue otro camino. Una vez anclado a los receptores ACE2, una enzima diferente llamada TMPRSS2 libera directamente el material genético del SARS-CoV-2. En este caso la hidroxicloroquina no hace ningún efecto.

Esto ha sido corroborado por un estudio observacional en hospitales donde se trataba a pacientes de COVID-19 usando hidroxicloroquina. Comparándolos con los pacientes que no recibían el medicamento, no hubo ninguna mejora en las cifras de mortalidad ni en la gravedad de los síntomas.

Un nuevo estudio en prepublicación del pasado 22 de julio ha podido igualmente comprobar que la actividad de la enzima TMPRSS2 hace que la hidroxicloroquina no tenga efecto a la hora de impedir la infección o sus efectos.

La hidroxicloroquina ha sido un tratamiento ampliamente utilizado, pero muy controvertido desde el primer momento, especialmente cuando el presidente de EEUU Donald Trump lo anunció casi como una cura milagrosa basándose en un único estudio francés que no ha podido replicarse. La acumulación de estudios posteriores deja ya lugar a pocas dudas.

Si la hidroxicloroquina fuera efectiva para frenar la COVID-19 alguno de los 350 estudios realizados sobre este medicamento habría encontrado pruebas. En su lugar se ha identificado el mecanismo que hace poco probable que la hidroxicloroquina funcione como tratamiento, y se ha podido comprobar clínicamente que los pacientes no experimentan mejorías. Es hora de que la comunidad médica y científica se rinda a la evidencia.

REFERENCIAS

EL ESCÁNDALO DE LA HIDROXICLOROQUINA: EL TRATAMIENTO CONTRA EL CORONAVIRUS MÁS USADO EN ESPAÑA

Chloroquine does not inhibit infection of human lung cells with SARS-CoV-2

Observational Study of Hydroxychloroquine in Hospitalized Patients with Covid-19

Hydroxychloroquine-mediated inhibition of SARS-CoV-2 entry is attenuated by TMPRSS2