Los medios de todo el mundo están hablando de que el coronavirus SARS-CoV-2 puede estar debilitándose a causa de una mutación, pero no es el momento de cantar victoria

Tras las declaraciones de un médico italiano se han disparado las ansias globales de tener buenas noticias respecto a la crisis de la COVID-19. Según el doctor Alberto Zangrillo, director del Hospital San Raffaele de Milán, en la televisión nacional RAI el domingo 1, sus pacientes mostraban cantidades mínimas de virus en las muestras nasales. Zangrillo especuló con la posibilidad de que el coronavirus estaba debilitándose debido a “la interacción entre el virus y los receptores de las vías respiratorias humanas».

No sería extraño que fuera así. El virus SARS de 2003, especialmente letal, también sufrió una mutación que le hizo perder potencia, y la infección crisis se resolvió de este modo por sí sola.

Los científicos de la Universidad de Arizona descubrieron el mes pasado que el SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, presentaba en algunas muestras mutaciones similares. Al secuenciar el genoma del coronavirus descubrieron que algunos especímenes habían perdido parte de su material genético, en concreto 81 nucleótidos, lo que le impediría ser tan eficiente para infectar a los seres humanos, y por tanto para reproducirse.

Sin embargo, la muestra de la UA representa tan solo un 0,5% de los 16.000 genomas de coronavirus que se han secuenciado hasta la fecha, lo que es una cantidad demasiado pequeña para la esperanza. Los científicos de la Universidad Johns Hopkins confirmaron recientemente al Washington Post que el coronavirus SARS-CoV-2 muta con mucha lentitud, y que no hay diferencias significativas en las 10 cepas principales detectadas en EEUU.

Las diferencias en la gravedad detectada en los enfermos en Milán pueden deberse a otros factores que nada tienen que ver con una mutación: detección temprana de nuevos casos, una menor carga viral (cantidad de virus que la persona infectada recibe) debido al distanciamiento y las medidas de higiene, y mejores protocolos para tratar a los enfermos. Los nuevos contagios siguen siendo posibles.

REFERENCIAS

An 81 nucleotide deletion in SARS-CoV-2 ORF7a identified from sentinel surveillance in 2 Arizona (Jan-Mar 2020)