La investigación fue llevada a cabo por Matthew Smith, oncólogo de la Escuela Médica de Harvard y del Centro de Cáncer del Hospital General de Massachusetts. Smith seleccionó cerca de 10.000 voluntarios de América del Norte y del Sur, Europa y Australia con una edad promedio de 72 años. Todos ellos tenían en común una baja densidad ósea.. A lo largo de 3 años, la mitad de ellos fueron sometidos a una terapia con una nueva droga llamada denosumab. Al resto se les suministraron placebos.

El denosumab probó su eficacia en prevenir que los huesos viejos se debiliten antes de ser reemplazados por otros nuevos. El reemplazo mineral en los huesos es un acto de balance natural que las hormonas pueden desequlibrar. Esto ocurre en las mujeres post-menopáusicas, que carecen de estrógenos y en los hombres sometidos a terapias contra el cáncer de próstata (en España se diagnostican unos 13.300 casos anuales), que están siendo tratados con terapias de privación de andrógenos.
La pérdida ósea se produce cuando las células que degradan los huesos, osteoclastos, son más numerosas que aquellas que los vuelven a conformar, los osteoblastos.

Los pacientes que fueron tratados con denosumab incrementaron casi un 6% su densidad ósea, mientras que los del grupo de los placebos perdieron un 1%. Este medicamento, aún pendiente de aprobación, puede mejorar notablemente la calidad de vida de las personas mayores.

Redacción QUO