Elisabet y Dolors
Elisabet y su esposa mantienen una relación que dura ya 23 años. Elisabet es presidenta de Famílies LG. Con ella hablamos: “En la época en que nosotras nos planteamos ser madres, casi todo era impensable. La única opción que tuvimos fue la adopción por mi parte, como mujer en solitario. ¡Madre soltera y lesbiana, menudo despropósito!

Era un binomio difícil de aceptar. Conseguir el certificado de idoneidad fue duro, pero más aún los años de desamparo que hemos sufrido, con una ausencia de cobertura legal que comprometía a nuestros hijos. Si a mí, única madre reconocida oficialmente durante muchos años, me hubiese pasado algo, mi mujer no habría podido reclamar ningún derecho sobre nuestros hijos”. La llegada de sus tres niños (un chico y dos chicas) fue gradual. “Buscar un colegio para ellos, enseñarles su entorno, presentarles a la familia y a los amigos…

Todo se convertía en un reto inquietante y apasionante a la vez. La respuesta era siempre de ilusión y respeto. Y esto ayuda. Nos hizo aún más fuertes crear la asociación Famílies LG, en 2001, junto con otras parejas de homosexuales que se enfrentaban a los mismos problemas que nosotras y con la misma desprotección jurídica para sus hijos. Este modo de formar piña nos impulsaba a seguir luchando y nos hacía entender cómo la base de una buena educación es la sinceridad y el amor. Y en esto no existe distinción alguna.

2005 fue un año crucial. Nos pudimos casar y recibir para las dos idénticos de­rechos y obligaciones. Nuestra boda junto a ellos y, más aún, la llegada de nuestro nuevo libro de familia, han sido los momentos más intensos que hemos vivido en los últimos años. Fue un motivo de gran alegría, pero también un acto de compromiso y militancia.”

Redacción QUO