La publicación The New England Journal of Medicine recoge un caso realmente sorprendente. La protagonista es una mujer francesa que comenzó a sufrir calambres en las piernas. Con los meses, no solo no se pasaron, sino que además afectaron a su equilibrio, provocándole varias caídas.

Cuando los médicos la examinaron, descubrieron que los calambres estaban provocados por una lesión en la columna, a la altura de la novena vértebra. Y el origen de la misma eran las larvas de un parásito parecido a la tenia conocido como Echinococcus granulosus, que provoca una enfermedad llamada hidatidosis.

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Este parásito suele vivir en el organismo de los perros, e infectar a otros animales, generalmente a los de granja. Los humanos suelen ser huéspedes accidentales. Lo habitual es que una vez en el organismo, las larvas se hospeden en los pulmones, el hígado o el cerebro. No es frecuente que lo hagan en los huesos, como en este caso, pero puede ocurrir.

El contagio no es fácil, pero puede producirse al comer verduras u hortalizas procedentes de campos en los que hayan hecho sus necesidades perros infectados, y que no se hayan limpiado convenientemente.

Vicente Fernández López