Valle Inclán decía que la corbata era «el dogal de la más horrenda esclavitud». Aunque para muchas personas este accesorio ha sido considerado símbolo de la elegancia, también ha habido otras muchas que se han revelado contra su uso. Hasta la fecha, las razones para dicha rebelión han sido estéticas, sociales y culturales, pero parece ser que también hay motivos para hacerlo por cuestiones relacionadas con la salud.

Un estudio realizado por el hospital Schleswig-Holstein, en Alemania, ha descubierto que usar corbatas con un nudo muy apretado puede reducir el riego sanguíneo al cerebro. Para llegar a esta conclusión, realizaron un experimento con varones saludables, a la mitad de los cuales les pidieron que se usaran corbata, y al resto no. Luego, mediante resonancias magnéticas comprobaron que los miembros del primer grupo recibían un 7,5% menos de sangre en el cerebro.

El porcentaje no es lo suficientemente grande como para causar problemas cerebrales a largo plazo, pero si que puede afectar a la función cognitiva momentánea. De todas formas, este no es el primer estudio que revela posibles riesgos para la salud derivados del uso de la corbata.

En 2003, otra investigación realizada por el The New York Eye and Ear Infirmary of Mount Sinai, en Nueva York, revelço que usar corbatas muy apretadas aumentaba la presión en los globos oculares, lo cual es una de las principales causas del glaucoma. Los autores del estudio concluyeron que su uso prolongado en el tiempo podía aumentar el riesgo de sufrir problemas de visión.

Así que ya sabéis: si usáis corbata, conviene aflojar el nudo de vez en cuando.

Fuente: BBC.

Vicente Fernández López