Entre los tratamientos estéticos que son tendencia, hay uno conocido como pedicura con peces. Consiste en introducir los pies en un barreño en el que hay decenas de ejemplares de Garra rufa, una especie originaria de Asia Estos peces son hervíboros, aunque a falta de plancton pueden comerse también pedazos de la piel humana. Pero este tipo de tratamientos puede tener en algunos casos consecuencias inesperadas y nada agradables.

La publicación JAMA Dermatology acaba de dar a conocer el caso de una mujer de Nueva York de veinte años de edad, que perdió todas las uñas de los pies tras someterse a este tratamiento. Los médicos que la atendieron le diagnosticaron onicomadesis, que es el nombre que se da a la caída completa e indolora de las uñas.

Tras descartar las causas habituales que producen este cuadro clínico, los médicos llegaron a la conclusión de que fue debido a la pedicura con peces. O bien porque el tratamiento le provocó lesiones en la matriz ungueal, que es el lugar en el que nace la uña, o porque los peces le transmitieron alguna infección.

Hay que recordar que un estudio realizado en Reino Unido en 2012, reveló que los ejemplares de Garra rufa que se usaban para esta terapia, eran portadoras de varias bacterias, entre ellas la Vibrio vulníficus y el Estreptococo agalactiae, que provocan infecciones en la piel.

Fuente: LiveScience.

Vicente Fernández López