El brazo de la foto pertenece a una joven soldado estadounidense que perdió una de sus orejas en un accidente de tráfico. Y para reemplazarle la que había perdido, los médicos del Army Medical Center, en El Paso, Texas, recurrieron a una medida extrema: cultivar una nueva para luego poder reimplantársela.

Los médicos utilizaron muestras celulares de cartílago procedente de sus costillas y de tejidos de su brazo izquierdo, para crear la materia prima de la que brotaría la nueva oreja, y emplearon un molde microscópico en 3D para darle forma. Luego, el germen de la futura oreja fue implantado bajo la piel de su antebrazo.

Dado que las células del tejido usado eran las mismas que las del que conforma el brazo, la orejase desarrolló y creció en el lugar en el que había sido implantada. Y cuando el proceso se hubo completado, fue trasplantada a su cabeza. La nueva oreja tiene sus propios vaso sanguíneos y sus propios nervios, así que la mujer podrá sentirla como propia y no como si fuera una prótesis añadida a su cuerpo.

Fuente: LiveScience.

Vicente Fernández López