El riesgo de morir de cáncer varía mucho de una zona geográfica a otra. En el mismo influyen muchos factores y, ahora, una investigación conjunta del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), ha analizado como la composición geoquímica del suelo de un determinado lugar puede influir en los índices de mortalidad asociados a esta enfermedad.

Los investigadores cruzaron los datos de 861.440 muertes causadas por 27 tipos diferentes de cáncer en 8.000 municipios españoles, con los de la composición del suelo en dichos lugares. Y el resultado ha permitido establecer un vínculo estadístico que muestra, por ejemplo, una mortalidad más elevada por cáncer de esófago en zonas con mayores concentraciones de plomo, y por cáncer de pulmón en áreas donde había niveles altos de cobre.

El estudio también muestra una mayor incidencia de muertes por tumores del sistema digestivo y de vejiga en aquellos sitios en los que el suelo tiene una mayor concentración de cadmio, y de tumores cerebrales, en los que hay una gran presencia de arsénico.

Por supuesto, los autores del estudio reconocen que, dado que las conclusiones proceden de datos estadísticos, no se puede establecer una relación causa-efecto entre la presencia de dichos minerales y los casos de cáncer producidos. Pero si parecen indicar que la composición del suelo es uno de los muchos factores que pueden contribuir al desarrollo de esta enfermedad, y a las posibilidades de morir por su causa.

Fuente: SINC

Vicente Fernández López