La foto fue tomada por una madre joven llamada Tanya Knox que sufría un curioso fenómeno: la leche que generaban sus pechos era de un intenso color rojo. Tal y como ella misma explicó, desde el mismo momento en que dio a luz, su leche tenía un tono rojizo, aunque fue haciéndose cada vez más fuerte conforme pasó el tiempo. Pero, ¿por qué le ocurrió algo así?

Lo que le sucedía a la mujer es que sufría mastitis, una inflamación de las glándulas mamarias provocada por una obstrucción en las vías de la leche. Se trata de un cuadro clínico que, según algunos estudios, afecta a un 10% de las madres durante los primeros meses de la lactancia. Pero no en todos los pacientes se manifiesta de igual forma. En algunas mujeres, incluso, los pezones se enduceren tanto que son incapaces de segregar la leche, que queda retenida y debe ser extraída.

En este caso concreto, la mastitis estaba causada por un coágulo de sangre del tamaño de una moneda de dos euros, que obstruía los conductos de la leche materna, y que era el causante del color rojo de la leche. Pero, lo más sorprendete es que, tras analizarla, los médicos dijeron que, aunque era un poco más salada de lo habitual, era perfectamente segura para la salud del bebé.

Una vez que el coágulo desapareció, la leche de la mujer recuperó progresivamentre su color blanco habitual.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López