Espinosa cuestión, especialmente para quienes creen en la literalidad de los antiguos textos religiosos. Si Adán fue creado por el aliento divino, y Eva surgió de la costilla de Adán, a ninguno de los dos se les habría cortado el cordón umbilical y, consecuentemente, no habrían tenido ombligo.

El dilema que se les planteaba a los artistas (que no sabían cómo dibujarlos para no incurrir en herejía) y que Miguel Ángel ignoró pintando un hermoso ombligo en su Adán de la Capilla Sixtina, tenía enrevesados tintes teológicos: si Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, y el hombre tiene ombligo, también debería tenerlo Dios.

Y entonces, ¿quién creó a Dios? Al margen de lo entretenido que puede resultar preguntarse por esta parte de la anatomía de Adán y Eva, la cuestión está de plena actualidad porque los creacionistas sostienen que ambos existieron realmente hace unos 6.000 años, y que fueron creados directamente por Dios. Sin ombligo.

Redacción QUO