La decisión no ha sido acogida de buena gana en la comunidad musulmana y judía en Islandia, que dice sentirse directamente atacada por la decisión del gobierno islandés y que podría llegar a aprobarse en breve. La proposición llegó por parte del partido progresista de centroderecha islandés, el cual apunta que si existe una ley que protege a las niñas de que no se le extirpe el clítoris, por qué no hay una norma que proteja a los niños de que se les practique una circuncisión (Brit Milá) en su pene por motivos religiosos.

Quienes apoyan este proyecto de ley apuntan que la temprana edad de los niños hace que no tengan capacidad de decisión sobre este acto. Apuntan que este se hace sin anestesia, lo que les provoca un gran dolor y que, en muchas ocasiones, se practica en hogares donde el instrumental utilizado o el lugar elegido no han sido esterilizados, corriendo así el peligro de infección. Eso sin contar, destacan, que no se realice por las manos de un personal médico con conocimientos sanitarios. Esta lista de inconvenientes sumados a la edad de los niños (los judíos, al octavo mes de vida; los musulmanes, cuando tienen 10 años) ha hecho que el ejecutivo islandés se ponga muy serio con este asunto.

En caso de que se apruebe la ley, esta entrará en vigor de forma inmediata y quienes vayan en contra de ella pueden enfrentarse a una condena de 6 años de prisión. Además, sería el primer país de toda Europa en prohibirlo, algo que ya ha sido condenado de forma enérgica por la Conferencia de Judíos Europeos y por diferentes colectivos de musulmanes quienes aseguran que se coarta su libertad religiosa.

Eso sí, esta ley no prohibirá en todo caso, que los padres puedan educar a los niños hasta que cumplan una edad suficiente como para decidir sobre si quieren seguir adelante con la ceremonia de la circuncisión. Por otro lado, si existe una necesidad médica para hacerlo, no habrá tampoco una penalización.

¿Qué sucede en España?

No existe una ley que prohíba directamente esta acción, pero quienes la quieran practicar deben acudir a centros privados para poder llevarla a cabo.

Alberto Pascual García