La ciudad de Río de Janeiro ha quedado conmocionada por un trágico accidente de tráfico. Un coche invadió la acera de la playa de Copacabana, causando la muerte de un bebé y heridas de distinta consideración a diecisiete personas. El conductor, que ha sido detenido, afirmó que había perdido el control del vehículo tras sufrir un ataque de epilepsia. La veracidad de dichas declaraciones aún no ha sido confirmada o desmentida por las autoridades, aunque una cadena de la televisión local ha afirmado que sí se han encontrado en el vehículo medicamentos para tratar dicha enfermedad.

Pero, a tenor de esta noticia, nos hemos preguntado: ¿Puede una persona con epilepsia conducir en España? ¿Que dice la legislación al respecto? Hasta el año 2010, las personas que habían sido diagnosticadas con esa enfermedad tenían prohibido conducir. En esa fecha se introdujo una nueva norma en el Reglamento General de Conductores que autorizaba a los pacientes con epilepsia a poder conducir, siempre que pudieran acreditar con informes médicos que habían pasado un año sin sufrir crisis convulsivas.

La norma especifica que se considerará que alguien padece epilepsia, cuando haya sufrido dos crisis o más en un plazo menor de cinco años, y que la causa de dichas crisis sea identificable y evitable. En ese caso, la persona tendrá que que dejar de conducir. Y para poder obtener la autorización que le permita ponerse al volante de nuevo, deberá someterse a tramiento médico, y acreditar que no ha vuelto a sufrir dichas crisis en el período de un año desde el inicio del mismo. Aunque existe una excepción a dicha regla. Y es que los pacientes que puedan demostrar con informes médicos que solo padecen crisis epilépticas mientras duermen, no están obligados o dejar de conducir.

Este cambio normativo que se introdujo en 2010, se realizó basándose en los resultados de un estudio auspiciado por la Unión Europea y titulado Epilepsia y Conducción en Europa. Los expertos que participaron en su realización llegaron a la conclusión de que los pacientes de epilepsia tenían tan solo un 1,8% más de riesgo de sufrir un accidente de tráfico. Un porcentaje menor al que tienen las personas que han consumido alcohol, de forma moderada (un 2%), o las personas con somnolencia (un 7%). Por ese motivo, recomendaban que fueran los neurólogos quienes evaluaran el riesgo de cada paciente concreto.

Vicente Fernández López