Quizá la primera ideaque venga a nuestra mente cuando nos hablan de una embarazada que tiene vómitos sea asumirlo a algo normal en una circunstancia así y pensar que ‘ya se le pasará’.

Pero no siempre se trata de un síntoma leve que no requiere atención. Algunos de los casos de vómitos durante el embarazo no son tan leves, pueden requerir tratamiento y reciben el nombre de hiperemesis gravídica. Es la patología que sufre la Duquesa de Cambridge durante su tercer embarazo, un trastorno que ya padeció durante la gestación de sus otros dos hijos.

Pero, ¿qué diferencia a la hiperemesis gravídica de un cuadro de vómitos ‘normal’ durante el embarazo? En la hiperemesis se dan vómitos de manera muy seguida que llegan a afectar a la capacidad de la paciente para ingerir alimentos. Otra característica importante es que en este trastorno la futura madre puede presentar signos de deshidratación y perder un 5% por ciento de su peso corporal o incluso más. Por tanto, estos rasgos pueden ayudar a diferenciar los vómitos normales y pasajeros de un cuadro que necesita atención médica.

Las causas de la hipermesis no están del todo esclarecidas, pero se ha propuesto que las diferentes hormonas que incrementan sus niveles durante el embarazo pueden tener que ver. Entre las posibles culpables encontramos sustancias como la gonadotropina coriónica humana (HCG, la misma que usan muchos tests de embarazo), la progesterona y el estradiol.

El tratamiento se basa en rehidratar a la paciente, incluso por vía endovenosa cuando sea necesario. También se pueden intentar reducir los vómitos mediante antieméticos como la metoclopramida o el ondasetrón. También puede ser necesario que el personal sanitario haga un análisis sanguíneo para monitorizar la hidratación de la paciente y los niveles de electrolitos, que también se pierden a través de los vómitos.

Redacción QUO