Otro estudio parece refrendar la asociación del consumo de café con una menor mortalidad. El pasado mes de julio se publicó una amplia investigación realizada en diferentes continentes en que un consumo de hasta tres tazas de café al día se asociaba con un descenso de mortalidad de hasta un 16%.

Ahora, una investigación realizada únicamente en España corrobora la conclusión general y maximiza el efecto beneficioso del café: los investigadores asocian al café una reducción de la mortalidad de hasta un 39%en aquellas personas que consumen cuatro tazas (de 50mL cada una) de esta bebida al día.

El estudio ha sido presentado en el congreso de la Sociedad Europea de Cardiología por investigadores de la Universidad de Navarra y de la Clínica Universidad de Navarra y ha reclutado a 19.896 participantes.Fueron seguidos durante 10 años y se analizó la mortalidad por cualquier causa.

Los beneficios asociados al consumo de café también se producen en consumos menores a cuatro tazas. Por ejemplo, en el caso de dos tazas de café la mortalidad se reduce en un 22%. El efecto protector del café se observa en personas de más de 45 años. En personas más jóvenes los investigadores no han encontrado un claro efecto protector, debido a que, en su opinión, la mortalidad en este grupo de edad para encontrar cualquier diferencia significativa. Además,en el estudio no hubo personas con consumos extremadamente altos de café, algo que en otras investigaciones se había asociado a una mortalidad aumentada.

“El café está formado por gran cantidad de sustancia bioactivas con actividad antiinflamatoria y antioxidante que podrían ejercer una acción a largo plazo en enfermedades relacionadas con inflamación subclínica”, explica a Quo por correo electrónico Estefanía Toledo, una de las personas a cargo de la investigación, que también han coordinado Miguel Ángel Martínez y Estefanía Toledo. Una de las principales sustancias presentes en el café que puede explicar este efecto son los polifenoles, grupo de compuestos en que se encuentra, por ejemplo, el ácido clorogénico.

¿Es posible que las personas con mejor salud, real o percibida, consuman más café? ¿O que las personas con una salud más precaria reciban las tradicionales indicaciones de limitar el café, como algunos médicos indican, a personas que han sufrido un infarto? “Esto es una posibilidad. Sin embargo, en nuestro estudio se daba la circunstancia de que las personas con mayor consumo de café presentaban con mayor frecuencia patologías crónicas como hipertensión o antecedentes de enfermedad cardiovascular”, defienden los investigadores, que también aseguran que intentaron controlar todos esos factores mediante modelos matemáticos para que no distorsionaran los resultados.

¿Y el nivel socioeconómico? Es otro de los argumentos que se pueden esgrimir: las personas con más dinero pueden consumir más café y es realmente la mayor capacidad adquisitiva lo que se asocia con menor mortalidad, algo ya demostrado. Los autores reconocen que no tienen “información directa” sobre el nivel socieconómico de los participantes, pero sostienen que, al ser todos los individuos graduados universitarios, ello tiende a reducir dichas diferencias. Además, sí tuvieron en cuenta su nivel de estudios (licenciatura, máster o doctorado).

Los investigadores de la Universidad de Navarra y de la Clínica Universidad Navarra se encuentran aún trabajando sobre estos resultados preliminares, por lo que estas conclusiones solo se han presentado en el congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, aunque en un futuro aparecerán en una revista científica.

Redacción QUO