Es probable que el futbolista argentino Alejandro Benítez, de 30 años, no vuelva a la competición después de la operación a la que fue sometido. Pero poco le importa, ya que la intervención quirúrgica fue para salvar la vida de su sobrino, de nueve meses.

Benítez donó una parte de su hígado a su sobrino, ya que éste padecía una obstrucción biliar y la única solución era recibir un trozo de hígado sano, tal y como recoge CNN en español. ¿En qué consiste esta enfermedad? Es muy posible que dicha obstrucción biliar sea consecuencia de lo que se conoce como atresia de vías biliares.

Esta patología se caracteriza por la inmadurez congénita de las vías biliares, de manera que la bilis, producida en el hígado, no puede ser conducida a la vesícula y luego ser excretada al intestino de forma normal.

A consecuencia de ello, la bilis puede refluir hacia el hígado y lesionarlo. Si esta situación se mantiene durante el tiempo, el hígado puede sufrir un proceso llamado fibrosis y perder su función de filtrado de sustancias nocivas, producción de proteínas o vitaminas, entre otras, todas ellas imprescindibles para la vida.

Si el hígado aún no ha sufrido una fibrosis extensa, una operación llamado procedimiento de Kasai puede desobstruir las vías biliares, pero si la fibrosis es muy importante la única solución es el transplante de, al menos, parte del hígado de un donante compatible. Por suerte, así ha ocurrido en el caso del sobrino de Alejandro Benítez, a quien no le importó cambiar el fútbol por la salud del pequeño.

Redacción QUO