Cuánto más se utiliza un antibiótico, más resistentes al mismo se vuelven las bacterias, haciendo que la eficacia del remedio disminuya. Por ese motivo, una de las mayores preocupaciones sanitaria sen la actualidad son las llamadas superbacterias, que es como se denomina a los microorganismo que han desarrollado una resistencia excepcional a los medicamentos.

Un estudio de 2013 estimaba que las superbacterias causaban unas 25.000 muertes anuales tan solo en la Unión Europea, y otras tantas en estados Unidos. Y la mayoría de los pacientes fallecidos se habían infectado en los propios hospitales.

Pero, ahora, un equipo de investigadores de la Universidad Rutgers-New Brunswick, en Estados Unidos, ha encontrado una posible arma para luchar contra estas enemigas microscópicas, y que estaba oculta en el suelo de Italia.

Se trata de un microorganismo a partir del cual se ha desarrollado un nuevo fármaco que ha sido bautizado con el nombre de pseudouridimycine (PUM), y que en las pruebas realizadas ha demostrado su eficacia contra veinte tipos diferentes de superbacterias.

El compuesto funciona neutralizando la polimerasa, una encima vital para las funciones de cualquier organismo, y de la que se sirven las bacterias para mutar y volverse resistentes a los antibióticos. Al inhibir su producción, la bacteria pierde su capacidad adaptativa y sigue siendo vulnerable a los medicamentos.

Entre las superbacterias contra las que el Pum ha demostrado su eficacia está el estafilococo áureo (Staphylococcus aureus), que es una de las principales fuentes de infecciones entre los pacientes y el personal sanitario.

El primer antibiótico descubierto fue la penicilina, y la gran mayoría de ellos se desarrollaron en el período que va desde finales del siglo XIX hasta la década de 1970. Las bacterias que viven en el suelo ya habían servido para crear muchos de ellos, pero ha sido recientemente cuando se ha descubierto que también pueden ser muy útiles para combatir a la nueva generación de superbacterias.

Una investigación de la Escuela de Medicina de St. Louis de la Universidad de Washington, reveló que aunque esas bacterias del suelo tienen genes que las hacen más resistentes a los antibióticos, paradójicamente son “reacias” a compartirlas con las patógenos que infectan nuestro organismo. Y aislando esos genes se ha podido comprobar mejor cual es el mecanismo que las hace casi invulnerables a los medicamentos, e idear el modo de combatirlo.

El resultado de esos estudios son medicamentos como el que ahora se ha presentado. Por supuesto, sus descubridores aseguran que no se trata de un fármaco milagro que lo cure todo, pero si de una herramienta muy poderosa para luchar de una forma más eficaz contra una d ellas grandes amenazas sanitarias a las que nos enfrentamos.

Fuente: DiscoveryNews.

Vicente Fernández López