Según un nuevo estudio realizado por Ryuzaburo Nakata, de la Universidad de Nagoya (Japón), comer frente al espejo no solo nos ayuda a evitar la falta de apetito, sino también a que la comida sepa más sabrosa.

Existen investigaciones previas que descubrieron que las personas que comen acompañadas comen más que aquellas que comen solas. En esta ocasión, la ayuda viene por parte del espejo, lo que según los científicos, puede ser de gran ayuda para personas mayores que comen solas. Según explica Nakata, «los hallazgos que hemos realizado sugieren un posible enfoque que puede incrementar el atractivo de los alimentos y la calidad de vida de personas mayores que comen solas, como las que han sufrido alguna pérdida reciente o están lejos de sus seres queridos».

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores contaron con 16 voluntarios (una muestra muy reducida) con una edad media de 68 años. Se les pidió que comieran delante de un espejo y posteriormente, delante de una pared blanca, palomitas con sal o caramelo. Después, el experimento se repitió con personas más jóvenes, con una media de edad de 21 años. Además, los voluntarios tuvieron que responder a varias preguntas que versaban sobre sus sensaciones mientras comían palomitas en los distintos escenarios.

Basándose en sus respuestas, los investigadores encontraron que a ambos grupos (personas mayores y jóvenes) el momento de la comida se les había hecho más agradable cuando lo hacían delante del espejo.

Fuente: telegraph.co.uk

Rafael Mingorance