El sadomasoquismo tiene a los psicólogos intrigados desde hace muchísimo tiempo. Tanto, que a lo largo de los últimos años se han formulado multitud de teorías con el fin de explicar por qué muchas personas se sienten atraídas sexualmente hacia el dolor físico o la humillación. Entre estas hipótesis se encuentra el deseo de poder, el alivio de estrés o incluso la satisfacción por la liberación de endorfinas.

Ahora, un nuevo estudio explora una posibilidad diferente: que las personas desarrollen esta conducta tras estar infectados por un parásito conocido como Toxoplasma gondii. Dicho parásito es el responsable de una enfermedad conocida como toxoplasmosis, que tiene la facultad de cambiar el comportamiento de ratas y ratones, provocando que se acerquen (en lugar de huir) del olor de los gatos. Este efecto es de beneficio para el parásito, el cual puede reproducirse sexualmente si es ingerido por el gato.

Mientras que el nuevo estudio encontró solo un pequeño efecto de la toxoplasmosis en las preferencias sexuales (especialmente en hombres), los hallazgos llaman la atención sobre cómo el parásito puede afectar a la salud y al comportamiento humano.

Según Jaroslav Flegr, biólogo evolutivo y autor principal de la investigación, «este parásito no es el responsable del sado. Pero consigue que la persona tenga este comportamiento a través de estímulos relacionados con el sexo, los cuales están relacionados con estímulos de miedo. Ambos afectan a circuitos muy similares en el cerebro».

Fuente: seeker.com

Redacción QUO