Primero nos quitaron el filete, y ahora también quieren quitarnos las patatas. ¿Podremos sobrevivir a tanta desazón?

Ya nos dijeron que el consumo de carne roja puede elevar el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer, además de que, según parece, resulta poco sostenible para el medioambiente. Pero, ahora, un nuevo estudio publicado en British Medical Journal, revela que las patatas también pueden ser malas para la salud.

Y da igual que las comamos fritas o cocidas, ya que un estudio realizado por el Hospital Brigham de Mujeres, en Inglaterra, revela que el consumo de cuatro o más porciones de patatas a la semana, aumenta el riesgo de sufrir hipertensión.

Para la investigación analizaron a 187 mil hombres y mujeres, con una tensión arterial normal. Pero, al finalizar el experimento, vieron que quienes comían patatas hervidas o en puré más de cuatro veces a la semana tenían un riesgo un 11% mayor de sufrir hipertensión. Y la situación era peor para quienes las comían fritas ya que, en su caso, las probabilidades ascendían al 17%.

Por supuesto, los investigadores aclaran que el consumo de patatas no implica per se que se sufrirá de hipertensión. De hecho, este producto siempre ha sido recomendado dentro de los patrones de lo que se entiende por una dieta saludable. Lo que el nuevo estudio sugiere es que el problema puede estar en la cantidad y que, a partir de una determinada ingesta de porciones, las virtudes potenciales de la patata pueden pasar a convertirse en factores de riesgo.

Vicente Fernández López