De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), actualmente más de 20 millones de españoles sufren de presbicia, un defecto o anomalía oftalmológica asociado al envejecimiento del ojo y que, por ahora, ni se puede prevenir o curar. Se trata de un problema de enormes dimensiones ya que, ahora mismo existen más de 1.000 millones de présbitas en el mundo y la cantidad aumentará notablemente. La presbicia afecta principalmente a los mayores de 40 años y las Naciones Unidas señala que el sector de la población que abarca los mayores de 60 años, se triplicará en 2050 llegando a los 2.000 millones.

“La presbicia es la pérdida de la capacidad de acomodación del ojo porque el cristalino se vuelve rígido y el músculo que lo contrae, denominado ciliar, pierden la elasticidad – explica a la agencia SINC, Pablo Artal, del Laboratorio de Óptica de Murcia (LOUM)– . Hasta ahora no se sabía si en las personas mayores el músculo ciliar seguía funcionando bien. Nuestro hallazgo estimulará la búsqueda y el desarrollo de importantes aplicaciones prácticas que realmente solucionen la presbicia al hacer uso de la fuerza de contracción restante que todavía conserva el músculo en el ojo envejecido”.

El equipo del LUOM estudió a personas mayores de 80 años que tenían implantada una lente intraocular tras una operación de cataratas. A estos voluntarios se les proyectaron imágenes que se movían a muy alta velocidad y, gracias al movimiento de la lente al seguirlas, se podía determinar si el músculo ciliar seguía activo.
Los resultados de esta investigación, publicados en Scientific Reports, facilitarán el desarrollo de nuevas soluciones a la presbicia.

Juan Scaliter