No es nada fácil mantener una relación sexual digna en el espacio. Y, hasta ahora, los científicos pensaban que concebir fuera del planeta Tierra era misión imposible. Pero una reciente investigación realizada por un grupo de investigadores chinos acaba de sembrar la duda sobre esa afirmación.

Incluso a día de hoy, la NASA prohibe tajantemente a sus astronautas que mantengan relaciones sexuales cuando salen al espacio exterior. Entre otras razones, la principal es el posible riesgo de embarazo, el cual puede desarrollarse de forma completamente impredecible dada la falta de investigaciones al respecto. Las pocas que se habían hecho habían concluido que la falta de gravedad podría afectar el proceso de fertilización. También, se suponía que la radiación cósmica que absorbe el cuerpo durante los viajes especiales de larga duración podría disminuir el recuento de espermatozoides o hacer del útero un lugar hostil para el desarrollo embrionario.

Dispuestos a explorar más de cerca las posibilidades de que una mujer pueda quedar embarazada en el espacio, el profesor Duan Enkui y su equipo decidieron enviar 6.000 embriones de ratón al espacio. El viaje se realizó en el marco de la SJ-10, la primera misión científica china orientada en estudiar la microgravedad y sus efectos. Según informa China Daily, los embriones se han multiplicado tras pasar 80 horas en el cosmos. Enkui explicaba que han podido probar finalmente «que el paso más crucial en nuestra reproducción, el desarrollo embrionario inicial, es posible en el espacio exterior». Además, el investigador se permite bromear parafraseando a Neil Armstrong, «es un pequeño paso para los embriones de ratón, pero un gran paso para la reproducción humana».

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Fuente: China Daily

Redacción QUO