Vale. Haremos nosotros el chiste de entrada. Sí, cuando te ahogas mueres porque tragas demasiada agua. Pero no nos referíamos precisamente a esa circunstancia. Lo que nos hemos preguntado es si hay un límite de líquido que nuestro organismo puede consumir y procesar y, a partir del cual, seguir tomando líquido puede ser peligroso para la salud.

Y la respuesta es afirmativa. Ese límite rondaría en torno a los 7’5 litros de agua. De hecho, no es recomendable beber más de un litro y medio por hora. A partir de ese límite se puede sufrir lo que se conoce como «intoxicación por agua», un trastorno que afecta a muchas personas que se deshidratan practicando deporte.

El agua que bebemos es eliminada por el organismo mediante la orina y el sudor. Pero, si tomamos demasiada, los riñones no son capaces de funcionar lo suficientemente rápido para eliminar el exceso de líquido del cuerpo. Cuando eso sucede, se reducen los niveles de sodio, potasio y cloro en la sangre. Y la consecuencia es que la persona nota síntomas como mareos, nauseas… Es lo que se conoce como intoxicación por agua.

Pero, si siguiéramos bebiendo, y los niveles de sodio en la sangre disminuyeran a límites extremos, se puede llegar a sufrir edemas cerebrales e incluso a caer en coma. Y, en algunos casos muy excepcionales, puede llegar a producirse la muerte del paciente por la sobrepresión del cerebro sobre el bulbo raquídeo.

Pero que no cunda la alarma. La hiperhidratación es una realidad pero, los casos que conducen a la muerte, no son comunes y se producen en muy pocas ocasiones. El más célebre tal vez sea el de Andy Warhol ya que, tras su muerte en 1987, la autopsia reveló que padecía síntomas de hiperhidratación, aunque no se pudo concluir que esa fuera la causa de su fallecimiento.

Vicente Fernández López